Pendientes del cannabis

Raquel Santamarta (SPC)
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Su posible legalización divide al país y siembra un debate que Podemos ha vuelto a llevar al Congreso coincidiendo con el visto bueno de Canadá a su consumo con fines recreativos

Recién estrenada la mayoría de edad, y cuando ya había alcanzado la talla definitiva, Carola Pérez pasó por quirófano para desprenderse del coxis que, con tan solo 11 años, se había fracturado patinando. Y lo hizo sin saber que el remedio iba a ser peor que la enfermedad: un dolor neuropático que transforma un roce en un suplicio. Enganchada a los opiáceos, «la morfina no hizo más que empeorarlo todo», explica, y a las benzodiazepinas, esta joven no acababa de ver la luz al final del túnel. «Tuve que superar mi adicción a ellos», confiesa con sus 13 intervenciones quirúrgicas a la espalda. 

Fue así como, llegado este punto, el cannabis entró en escena y le «devolvió a la vida» hace ya una década. Ahora, y en nombre del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM) que preside, quiere hacer uso de esta sustancia psicoactiva en un margen de seguridad jurídica y sanitaria. «El año pasado reunimos a todos los grupos políticos y apostaron por poner en marcha una subcomisión para abordar la legalización del cannabis medicinal», recuerda Carola. Doce meses después, ese principio de acuerdo se ha quedado «congelado» con la paralización en el Congreso, por parte de PP y PSOE, de la iniciativa. 

Guillermo Velasco, investigador del departamento de Bioquímica y Biología Molecular I de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que «los cannabinoides han demostrado sus propiedades terapéuticas en el tratamiento del dolor, el control de la espasticidad en la esclerosis múltiple, la estimulación del apetito y la caquexia en cáncer o sida, entre otros», asegura un científico cuyos trabajos se centran en el glioblastoma multiforme, un tumor cerebral agresivo y reacio al tratamiento. «El principal componente activo del cannabis, el delta9-tetrahidrocannabinol (THC), potencia el efecto de otros fármacos reduciendo el crecimiento tumoral», explica el experto incidiendo en que otros grupos científicos están ensayando su utilidad en patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Huntington y la esclerosis lateral amiotrófica, la temida ELA.