La despoblación del mundo rural, que ‘ocupa’ ahora a políticos, sociólogos, analistas... no es un fenómeno del siglo XXI. El éxodo de nuestros pueblos tiene su origen en la década de los 60 con la industrialización de las urbes, necesitadas de mano de obra mientras que en los pueblos eran tantos los hijos que el campo y la ganadería no daba para alimentar tantas bocas.
Guadilla de Villamar, con esos ideólogos que tiene y que planifican al milímetro la foto que van a presentar al concurso de Diario de Burgos, ha aprovechado el momento y la oportunidad para volver a dar en la diana y alzarse con el primer premio del concurso Mi pueblo es el mejor, que cada verano convoca DB.
La foto impacta al primer golpe de vista, atrás queda un pueblo que no se recuperará ya nunca, mientras los vecinos, cargados con lo poco que tienen, caminan, unos cabizbajos, otros resignados, sin saber qué les espera cuando acabe la carretera, mientras a ambos lados quedan los rastrojos de la última cosecha. Al emigrante le ha cantado Juanito Valderrama, Miguel y Manolo Escobar, pero la foto de Guadilla más que un canto es un grito de dolor.
Respecto a este primer premio, pocas dudas ha habido. Algo más reñido han estado los otros dos que han ido a parar a Fresnillo de las Dueñas, con su foto nocturna en la que mientras los vecinos observan las estrellas aparece, en un paisaje tétrico, los grajos, haciendo honor al apodo con que se les conoce. El tercer premio, para Torrelara, sacando de paseo a sus mascotas, en reconocimiento a su patrimonio arqueológico y a los últimos hallazgos en una finca de la localidad.