Nacido 1942 (21 de febrero) en Gumiel de Izán, el pequeño de los seis hijos de Eusebio Ontoria Cilla y Máxima Oquillas Ontoso, estudió en los Escolapios de Valencia, en la Universidad de Salamanca, en Roma y en Valencia las carreras de Teología y Filosofía y Letras, y Magisterio en San Sebastián. Dio clases en colegios públicos y privados, incluso en Yverdon Les Bains (Suiza) hasta que sacó su oposición y se estableció en Tenerife hasta su jubilación.
Después de toda una vida dedicado a la historia de su localidad natal, Pedro Ontoria Oquillas recibe hoy el nombramiento de Hijo Predilecto de la villa. Como reza el bando que lo hizo público, en sesión plenaria del día 28 de agosto de 2014 el Consistorio gomellano acordó concederle esta distinción para «testimoniarle el agradecimiento por su dedicación a la investigación y difusión de los valores históricos y artísticos de esta villa». El acto se desarrolla hoy a las 13.45 horas, en la Plaza Mayor, en el que este modesto historiador aficionado recibirá la consideración de sus vecinos.
¿Cómo se enfrenta a su nombramiento como hijo predilecto de Gumiel de Izán?
A mí este tipo de títulos y reconocimientos no me gustan mucho, soy persona que no me gusta aparentar. Me ha pillado de sorpresa, aunque hace tiempo que me venían avisando de las intenciones de nombrarme Hijo Predilecto, y yo no hacía más que decirles que no hacía falta. No es falsa modestia, ni orgullo mal entendido, simplemente es por sencillez.
¿Pero considera que es merecido este reconocimiento?
Hombre, según todo lo que he escrito de Gumiel, de Aranda de Duero y de otros sitios, creo que he intentado resaltar las grandezas y las glorias primeros de Gumiel y también de Aranda de Duero. Yo, por ejemplo, soy el que más he escrito sobre el General Gutiérrez y mi obra, según los entendidos, es la biografía más completa de este personaje histórico arandino.
¿Es consciente de que es uno de los pocos historiadores de la comarca que divulga y defiende a ultranza la figura del General Gutiérrez?
Si. Y no solamente eso sino que, a veces, me han publicado artículos en los que respondía a algunos nacionalistas con los que he tenido algunas polémicas también. Si busca en Google, le aparecerá un artículo que reza «Pedro Ontoria salda la deuda de los tinerfeños con el general Gutiérrez» porque prácticamente le tenían olvidado. Lo que yo siempre quise desde un principio es que pasase de nombrársele en las páginas de Historia de Tenerife a que apareciese su foto en la portada. Así, en 1994 publiqué una biografía pequeña de Antonio Gutiérrez, que amplié todo lo que pude y lo publiqué en 2006, con documentación completa y muchos más datos. Por cierto, me llama la atención que en el busto del general Gutiérrez que hay junto a la iglesia de San Juan, en la placa, pone que venció a la marina británica, lo que tenía que poner es que venció al capitán Nelson, que eso a los ingleses les duele más porque a este personaje le tiene como su mejor marino y su mejor militar.
Hemos nombrado al general Gutiérrez, pero ligado a su nombre como investigador y divulgador histórico hay otros muchos personajes, ¿con cuál se siente más identificado o le guarda más cariño?
Al impresor Diego de Gumiel, del que publiqué un artículo en la Revista Biblioteca, porque me llamó que fuese el impresor de Tirant lo Blanc, la novela valenciana de caballerías, que Miguel de Cervantes salva de la hoguera al final de El Quijote. Además, creo que fue él mismo, el impresor gomellano, el que la tradujo.
Como gomellano, ¿qué supone compartir tierra natal con nombres tan relevantes en la historia y cultura como Per Abat, copista del Mío Cid en 1207, o Diego de Gumiel, del que acabamos de hablar?
Yo siempre me he interesado por todo aquello que tiene que ver con Gumiel de Izán y en cuanto vi en la revista Nos Interesa un artículo de Timoteo Riaño en el que lanzaba la hipótesis de que Per Abat era gomellano, en seguida investigué algo más y añadí datos sobre este personaje, sobre todo en relación con Santo Domingo de Guzmán, del que fue compañero de estudios en Palencia, y lo acompaño de distintos documentos, como aquel en el que se constata que Per Abat tenía casas en Gumiel de Izán, confirmando así que era gomellano. En el centenario de la copia, en 2007, yo estuve empeñado con otra de Gumiel, Mari Carmen Ugarte, en que se hiciera algo en conmemoración de este personaje y recogimos bastante ediciones del Cantar del Mío Cid y se podía haber puesto algún hito recordando que era de Gumiel de Izán pero no sé que paso pero la idea se desechó.
Por cierto, usted también fue el autor del estudio que justificó que se eliminase la H en el topónimo de Gumiel de Izán. ¿Le costó mucho encontrar los motivos para cambiar la grafía?
Para nada, solo me dejé llevar de la bibliografía que iba recogiendo, porque yo todo lo que encontraba de Gumiel, cogía una ficha y lo tengo en un fichero, así que lo tengo todo a mano.
Su nombre se puso de actualidad al descubrir el que se denominó como el claustro de Palamós. Usted defendió la teoría de que podía tratarse del claustro del desaparecido monasterio gomellano de San Pedro. ¿Qué fue de aquello? ¿Se supo algo definitivo?
Prácticamente decían que si era del claustro de la catedral de Salamanca, últimamente me parece que todavía los investigadores están todavía buscando pruebas en los capiteles de aquí, me dijo el otro día el párroco, porque dicen que analizándolo en el capitel de Palamós no hay un detalle que hay en los de aquí, lo que les lleva a pensar que aquellos son modernos.