Alternar aprendizaje y un trabajo remunerado en una compañía del sector del Metal durante dos años, con posibilidad de prorrogarse un tercero. Esta es la oferta que está impulsando la patronal Femebur para implantar la fórmula de la formación dual entre sus pequeños y medianos asociados, una iniciativa pionera a nivel nacional y que quiere arrancar con, al menos, 30 alumnos repartidos entre los dos itinerarios creados para atender la demanda de trabajadores más acuciante de estas industrias: operador de producción de fabricación mecánica y técnico de montaje y mantenimiento.
El plan está adaptado a las necesidades de las empresas pequeñas y medianas de Femebur, que por si solas no pueden emprender un programa de formación dual (como sí ha hecho, por ejemplo, Benteler con 25 desempleados) por el número de alumnos necesarios y los costes que conlleva. Así, unidas y bajo el paraguas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, se han diseñado dos certificados de profesionalidad oficiales que encajan con las necesidades de las implicadas y que brindan a los alumnos la posibilidad de conocer «el mundo real» con importantes expectativas de lograr un empleo fijo.
La formación dual de Femebur se dirige a jóvenes de entre 16 y 30 años, con estudios básicos de ESO y acceso a la formación de grado medio en FPy sin ningún tipo de cualificación profesional, a los que se les garantiza un contrato de formación y aprendizaje por parte de las empresas participantes.
Tras superar las pruebas de selección, su periplo incluye un 75% de trabajo en la empresa y un 25% de formación (que imparte Formatec) durante el primer año, porcentaje que será del 85% y del 15%, respectivamente, durante el segundo año. El certificado de profesionalidad es gratuito y tendrá una duración de dos años, aunque se podría prorrogar hasta tres si el proyecto funciona bien y así lo demandan las firmas participantes.
El trabajo estará remunerado en la categoría de aprendiz -no son becarios, insisten- y de acuerdo a las horas realizadas y nunca los ingresos pueden ser inferiores al Salario Mínimo Interprofesional. La empresa abona la formación del alumno y también se puede acoger a las bonificaciones de este tipo de contrataciones. «Aunque no existe un compromiso de inserción al finalizar, las empresas que se han implicado en este proyecto costean la formación y se meten en este proyecto porque necesitan cubrir estos puestos con personas que han ido conociendo durante el aprendizaje», explica Ana Gloria Fernández, directora de TMP Construcciones yMaquinaria.
Insisten en que los interesados en este programa son pymes que tienen expectativas de crecimiento o que necesitan reemplazar al personal próximo a la jubilación. «Abrimos, además, un camino para que toda esa bolsa de gente joven que ha dejado la crisis sin trabajo ni formación (o con formación en otras especialidades donde no hay trabajo) se le dé una oportunidad y un título que le permita volver a reintroducirse en el mercado laboral», añade Esteban Pérez, vicepresidente de Femebur, quien ya ha presentado esta iniciativa a los sindicatos UGT y CCOO, a los que se ha insistido que esta no es un herramienta para lograr «mano de obra barata».
El arranque del programa se producirá cuando se logren reunir a, al menos, 30 alumnos.