Preservar los amenazados elementos arquitectónicos tradicionales que conforman el paisaje y la identidad de la Ribera del Duero es el objetivo que persigue el partido Ciudadanos que urge la realización de un exhaustivo inventario del patrimonio etnográfico comarcal.
El portavoz de la formación, José Ignacio Delgado, dio ayer la voz de alarma a raíz de que las últimas inclemencias meteorológicas estén amenazando muy seriamente con echar abajo bodegas subterráneas, lagares o palomares con un deficiente estado de conservación. «Las últimas nevadas y el deshielo están poniendo en peligro ese patrimonio que se está hundiendo a pasos agigantados», alertó.
A ello añadió el expolio que, ante la indiferencia generalizada de las autoridades, están sufriendo algunos exponentes tanto de la arquitectura pastoril como vitivinícola diseminados por el campo, como corrales, tenadas o cabañas. A este respecto denunció que hace apenas tres meses ha desaparecido una de las ocho casetas guardaviñas catalogadas en el término municipal de Aranda, una bella construcción circular de piedra y barro rematada en una cúpula que se encontraba situada en una finca próxima a la depuradora.
«En muchos casos se están robando las piedras impunemente. Y en otros directamente se destruyen y aquí no pasa nada. Y muchas veces se hace porque no se valoran este tipo de elementos. Es algo que no se tiene que repetir porque configuran el paisaje y tienen un valor arquitectónico. Son elementos representativos que conexionan la comarca», lamentó.
Delgado anunció que van a intentar involucra en esta empresa a la Junta de Castilla y León, a la Diputación de Burgos o a entidades como el Consorcio Ruta del Vino Ribera del Duero, la Asociación para el Desarrollo Rural (Adri)Ribera del Duero Burgalesa, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero o el Ayuntamiento arandino.
Al margen de la catalogación y protección de este patrimonio, ahora que se atisba la recuperación económica, Delgado reclamó la creación de una línea de ayudas directas por parte de la Administración regional dirigidas tanto a particulares como a ayuntamientos de cara a garantizar la conservación de estos vestigios. «Es fundamental que no solo se diga a los propietarios que ese palomar o esas chozas se deben conservar sino que haya por parte de las instituciones unas ayudas directas. Es la única forma de que estas regulaciones puedan ser efectivas», advirtió.