La riada deja sin suministro de agua potable a los vecinos de Fuentecén

J.C.O. / Aranda
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El pozo y la estación de bombeo, situados en la vega del Riaza, han quedado inutilizados. Desde el sábado recurren a las fuentes de manantiales y desde ayer una cisterna les abastece

Un matrimonio se aprovisionaba de agua en garrafas y botellas ayer por la tarde en la caudalosa fuente del caño para llevarlo hasta su casa en la furgoneta. - Foto: DB

El espectacular desbordamiento que registra la vega del río Riaza desde la noche del pasado 29 de marzo está ocasionando importantes perjuicios más allá de los daños en las tierras de cultivo y los caminos anegados  o la complicación de la circulación   en la N-122 a la altura del kilómetro 284, en el término municipal de Fuentecén, donde un carril de la carretera permanecía cortado al cierre de esta edición y por el otro se transitaba con enorme dificultad.

Los vecinos de esta localidad ribereña han visto cómo, desde las últimas horas del Viernes Santo, como consecuencia de la riada se cortaba el suministro de agua potable a sus domicilios. El pozo de captación y la estación de bombeo se encuentran situados en la vega del Riaza, donde en nivel freático es mucho más superficial, con la inesperada crecida quedaron sumergidos bajos las aguas y no están operativos.

«Han quedado inutilizados al anegarse. Y como ha habido el doble de gente  pues  se agotó el depósito el sábado y nos quedamos sin agua», relataba sensiblemente molesta la alcaldesa de la localidad, María Teresa Ortega Rica, quien lamentaba que fruto de esta situación muchos de los hijos del pueblo que habían regresado con motivo de las vacaciones  de Semana Santa «salieron en estampida».

Afortunadamente la localidad cuenta en el casco urbano con dos fuentes que se surten de manantiales, la caudalosa  del caño y la de la salud, y una tercera  en el área de recreo del Pinar, a las que han tenido que acudir los vecinos desde el sábado para transportar en garrafas, botellas, cubos y todo tipo de recipientes el agua hasta sus casas y que han evitado que el municipio quedara desabastecido.

 «No nos ha quedado más remedio  que volver a fregar en el balde, como antiguamente, y acarrear agua para los servicios», lamentaba la regidora.

 Tras contactar con la Diputación  Provincial desde la tarde de ayer estaba previsto abastecer al municipio a través de cisternas, con las que se iba a proceder al llenado del depósito municipal. Un suministro extraordinario que va a suponer un desembolso de 400  euros por cada cuba, que tiene una capacidad de 15.000 litros, aunque confía en que posteriormente el ente provincial le abone el 80%.

La regidora apunta que para cubrir las necesidades de estos días serán necesarios unos 250.000 litros, aunque es imprevisible cuanto se prolongará ya que se prevén lluvias en los próximos días y posteriormente habrá que analizar en qué situación han quedado tanto el pozo como las bombas.