Desde Aranda de Duero se puede llegar a Silicon Valley, no es tan difícil...». Lo aseguró ayer sin casi inmutarse Javier Herrero, impulsor junto con su hermano Daniel de Hctech Electronics Engineering, una empresa ribereña nacida en el año 2006 que fabrica una tecnología de comunicación por bluetooth para teléfonos móviles, tabletas y ordenadores, entre otros equipos, pero de un tamaño muy reducido, de muy bajo consumo y que ofrece mayor alcance en su radio de comunicación. Los ingenios electrónicos de estos arandinos tienen apenas el tamaño de un céntimo de euro y se utilizan en gafas inteligentes, en pulseras, en joyas, en bicicletas, en teléfonos móviles... Entre sus clientes figuran nada más y nada menos que gigantes tecnológicos como Google o Apple.
Sin pretenderlo, en su quinta edición, los Premios FAEInnovación han llegado a las puertas de Silicon Valley, la cuna de la innovación y el emprendimiento y han accedido a su interior sin problema alguna. No ha sido una multinacional sino una micropyme integrada por jóvenes con la «cabeza llena de ideas de negocios».
Esta tecnológica arandina ha sido una de las ganadoras de estos galardones impulsados por la patronal con el patrocinio de la Fundación Caja de Burgos y el apoyo técnico del Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL),y que en la mañana ayer se entregaron en un acto desarrollado en el Palacio de Saldañuela.
Otra micropyme premiada, ProyectsNTC, impulsada por Óscar Gil Calvo y Rubén Pérez, también apuesta por las nuevas tecnologías. Esta empresa de nueva creación desarrolla pulseras para la identificación de personas que, mediante 2 chips que llevan incorporados, permiten reconocer sus datos personales y clínicos e incluso ponerse en contacto con los servicios de emergencia con el contacto con un teléfono móvil.
Inicialmente, las pulseras ‘siempre contigo’ se centraban en el ámbito de las personas mayores, pero su campo de acción ya se extiende a los niños, los discapacitados, deportistas de alto riesgo, mascotas, cascos de moto o cascos de trabajo, entre otros.
El premio recibido ayer es considerado por los promotores de este invento como «un punto de inflexión». «Hemos comprobado que tener una buena idea no es sinónimo de tener un éxito inmediato», reconoció Óscar Gil, inmerso ahora en la ardua tarea de comercializar y dar a conocer su proyecto.
Energía.
En el ámbito de la mediana empresa (el de la pequeña quedó desierto) fue galardonada Gambastar. Fundada en 2003, procesa y comercializa gambas y langostinos desde Valdorros para España, toda la Unión Europea y Marruecos. Buena parte de sus 49 trabajadores han colaborado en su proyecto eficiencia energética, que ha conseguido reducir los altos consumos de electricidad en un 21% tras monitorizar y modelar todo su proceso de producción en pos de la reducción de costes.