Con motivo de la celebración ayer del Día Internacional del Síndrome de Down, la Federación española de esta enfermedad pretende acercar al resto de la sociedad la forma de ser y la empatía de estas personas que padecen esta patología. Para ello, han creado distintos anuncios, que serán emitidos en una decena de cadenas de televisión, con el fin de visibilizar y sensibilizar este realidad.
La entidad aprovecha también esta fecha para fomentar la inclusión, el respeto y la tolerancia hacia esta discapacidad intelectual. Además, «la felicidad no entiende de cromosomas», indica en un comunicado la Federación, en referencia a la trisomía, una anomalía genética que consiste en la presencia de un cromosoma adicional en uno de los pares normales, por lo que el Síndrome de Down es una trisomía del cromosoma 21.
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) bajo el lema Mis Amigos, mi Comunidad. Los beneficios de los entornos inclusivos para los niños del presente y de los adultos del mañana invita a las personas a elegir iniciativas y actividades que ayuden a crear conciencia de lo que es esta enfermedad, lo que significa y el papel vital que tienen en nuestras vidas y comunidades.
De esta forma, la ONU quiere aumentar la conciencia pública sobre la cuestión y recordar la «dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones» de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades.
También quiere resaltar la importancia de su libertad e independencia individual, en particular, la capacidad de tomar sus propias decisiones.
La incidencia del Síndrome de Down se estima en uno de cada 1.000 o 1.100 nacimientos. En España hay unas 35.000 personas, «aunque no hay un registro oficial», reconoció el presidente de Down España, José Fabián.
Existe en todas las regiones del mundo y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud.
El acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva son vitales para el crecimiento y el desarrollo.
«Los individuos con Síndrome de Down, en igualdad de condiciones con otras personas, deben ser capaces de disfrutar de plena igualdad de derechos, tanto los niños como los adultos. Esto incluye la posibilidad de participar plenamente en sus comunidades», expresa el organismo.
Y explica que la realidad para muchos es que las actitudes negativas dan como resultado una baja expectativa, generan discriminación y exclusión donde los niños y adultos con síndrome no pueden integrarse con éxito.
La oportunidad de participar en estas actividades beneficia a todos los menores, se crean entornos de amistad, de aceptación, de respeto y altas expectativas.
No solo esto, -precisa el organismo- sino que en estos ambientes se preparan todos los niños de hoy en día para el futuro, permitiendo a los adultos con Síndrome de Down vivir, trabajar y participar con plena confianza y autonomía en la sociedad.