Sánchez corteja a Podemos

AGENCIAS
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El socialista señala que negociará con Pablo Iglesias esta semana sobre «soluciones y no de sillones» para tratar de poner en marcha «el mandato del cambio» que reflejaron las urnas

Durante la campaña electoral, Pablo Iglesias hizo famosa una expresión con la que quería poner de manifiesto el poco tiempo que, a su juicio, le quedaba a los partidos tradicionales para abandonar el poder: «Tic, tac, tic, tac...». El líder de Podemos reiteraba, casi como un mantra, la típica onomatopeya del reloj para recordar a la «casta» que la cuenta atrás se acababa. Curiosamente, el tiempo, dictatorial como siempre, corre ahora en contra de la formación morada, si es que su objetivo real es un gran acuerdo de izquierdas. Apenas queda un mes para que la ronda de negociaciones para formar un Gobierno finalice y, por ello, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, presiona a Podemos para alcanzar un pacto que permita el prometido «Ejecutivo del cambio».

Ayer, desde Las Palmas de Gran Canaria, el socialista volvió a la carga para cortejar a ese socio que, de momento, se ha mostrado tan esquivo que, ni siquiera, ha puesto fecha a la cita entre los líderes de los partidos. A pesar de esas negativas, Sánchez no desiste en su empeño e instó a Podemos a contribuir a «evitar frentes y exclusiones» en un próximo encuentro.

«Cuando me reúna con Iglesias vamos a hablar de soluciones, no de sillones y, desde luego, vamos a hablar del motivo por el que hay un bloqueo institucional», afirmó el líder del PSOE que sabe que llegar a la Moncloa es, además, su único camino para sobrevivir al frente de Ferraz, un puesto que no tendría garantizado si fracasa por segunda vez en la formación de Gobierno. De hecho, para Sánchez, «lo importante ahora mismo es poner en marcha el nuevo Ejecutivo y dar mandato al cambio. En España no tenemos que hablar de frentes, ni de exclusiones».

«El cambio no es monopolio exclusivo de un único partido y el Gobierno del cambio, tampoco», sentenció, antes de defender que las formaciones que quieran formar parte de ese gran acuerdo que propone deben «anteponer los intereses generales de los españoles por encima del legítimo interés individual» y apostar por el «diálogo».

En este contexto remarcó que la alianza suscrita entre socialistas y Ciudadanos «es firme y abierta» a otras fuerzas políticas. Una frase ambigua después de su guiño indisimulado a Podemos. Queda la incógnita, por tanto, de si la idea de Sánchez es sacrificar su pacto con Albert Rivera para alcanzar la Moncloa, aunque sus últimos movimientos (la reunión con Puigdemont y sus continuas insinuaciones a la formación morada) parecen indicar que el líder del PSOE no da por enterrado ese posible Gobierno de izquierdas, con el apoyo de los nacionalistas, en el que, por supuesto, no estaría Ciudadanos, que ya ha dejado claro que no entrará en un acuerdo de ese tipo.

Sobre la viabilidad de liderar un nuevo Gobierno en España, Sánchez insistió en que «trabaja para que no haya una repetición de elecciones» en este país, sino para tratar de estar al frente de la «mayoría de cambio» que existe en el Congreso de los Diputados. Se trata, subrayó, de hablar «de soluciones, no de sillones».

«Más cerca». Desde Podemos, el secretario general de Aragón y previsible número tres de la formación, Pablo Echenique, indicó que ha visto «algunos pasos» que está dando el PSOE en los últimos días que le hacen pensar que el nuevo Ejecutivo está «más cerca».

Por su parte, el portavoz de Podemos en el Senado y diputado de la Asamblea de Madrid, Ramón Espinar, subrayó que su partido será flexible para hacer cesiones en las negociaciones de un posible pacto, pero éstas estarán siempre enmarcadas en su programa electoral.