Prcal reclama 9 mancomunidades de interés general para la provincia

J.C.O. / Aranda
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Los regionalistas creen que la Ley de Reorganización Territorial de Castilla y León contribuye a que las administraciones locales estén aún más supeditadas al control político de Diputación

Las localidades en un radio de 15 kilómetros de Aranda, como Fresnillo, quedarían integradas en el área funcional estable. - Foto: Ángel Ayala

El Partido Regionalistas de Castilla y León (Prcal) ha cuestionado la Ley de Reorganización Territorial de Castilla y León aprobada por el PP, por considerar que crea confusión y contribuye a que las administraciones locales «estén todavía más supeditadas al control político de la Diputación». El presidente de los regionalistas, José Ignacio Delgado, pide «claridad y concreción» sobre las unidades básicas de ordenación y servicios que va a desarrollar la Junta y asegura que las charlas que está llevando a cabo el delegado territorial en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, están generando mayor desconcierto. «Estamos mucho más preocupados», asegura.

Si la Administración regional plantea crear en la provincia, además de las tres áreas funcionales estables en un radio de 15 kilómetros en torno a Burgos, Miranda y Aranda, 22 unidades básicas de ordenación y servicios, el Prcal apuesta por solo nueve, de ámbito comarcal, haciéndolas coincidir con las mancomunidades de interés general que pretenden desarrollar con un volumen de entre 5.000 y 30.000 habitantes y cuyo número aún no se ha definido.

 Delgado considera que la Ribera debería tener una única y gran mancomunidad, con infraestructuras y recursos suficientes para prestar los servicios básicos a la población.  «Hay que dotarlas de capacidad de gestión llenándolas de competencias y recursos de las propias Diputaciones y no al revés, porque van crear mancomunidades de interés general casi sin contenido, nada más que el actual que tienen las propias mancomunidades que ahora mismo conocemos y van a nacer prácticamente muertas», advierte.

En su opinión para acometer este proceso no es necesario un cambio legislativo  «ni tanto marear la perdiz» y se podría haber optado, como en Valencia, Aragón o Baleares, por fusionar mancomunidades pequeñas por decreto, máxime cuando en la zona existen algunos  de estos entes supramunicipales que no suman ni 2.000 habitantes y en algunas no hay una continuidad territorial.

«La Junta nos confunde más  porque, palabras textuales del delegado territorial, no se va a obligar a ninguna de las mancomunidades actuales a desaparecer si no quiere. Si a eso lo unimos a que van a hacer estas mancomunidades de interés general ¿De qué estamos hablando?», indica advirtiendo de que en Burgos hay 35 de las 238 mancomunidades de Castilla y León «que es una barbaridad».

El líder regionalista también expresa su desasosiego porque, dentro de esta reestructuración, la Junta se oponga a asumir  competencias municipales impropias de educación, sanidad y servicios sociales y que suponen un importante gasto para los ayuntamientos en  mantenimiento y suministros.