«Burgos resultó beneficiada por el Polo Industrial y la Junta debe tratar de equilibrar al resto de provincias»

G.G. Ubierna/ Burgos
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Carolina Blasco• Concejala de Personal, Industria, Medio Ambiente, Comercio y Aguas

Carolina Blasco, concejala de Personal, Industria, Medio Ambiente, Comercio y Aguas. - Foto: Ángel Ayala

Perfil. Entró en el Ayuntamiento en 2011, tras cuatro años como directora general de Telecomunicaciones de la Junta. También es profesora de Derecho en la UBU. Liga su continuidad en el Salón de Plenos al «equilibrio» entre su vida profesional y personal. Es madre de cuatro niñas

Carolina Blasco afronta el último año en el equipo de Gobierno con la esperanza de que sea  «el de la materialización de la mayor parte de los proyectos». Considera que han sido «años duros, pero interesantes». [Marcados por el duro conflicto con la Policía Local, las dimisiones de dos concejales y los graves incidentes de Gamonal].  

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?

No me gusta hablar de logros; todos son proyectos que se van materializando gracias al trabajo de las personas de cada área. En ese sentido, creo que el mayor logro ha sido ilusionar a las personas para asumir nuevos retos.

Es responsable de muchas y muy variadas áreas, ¿es Personal la más dura?

Personal es menos satisfactoria, pero no necesariamente dura. Todas las áreas tienen su complejidad y hay algunas más agradecidas como Medio Ambiente y otras como Comercio, que es muy complicada porque conviven muchos colectivos distintos.

En una entrevista publicada hace un año en DB manifestaba su malestar por el acuerdo alcanzado con la Policía Local. ¿Cómo están las cosas ahora?

Fue difícil encajar el incremento de la jornada a 37 horas y media semanales, pero el tiempo hace que las cosas vayan calmándose y asumiéndose. Cada uno trató de concretar su forma de verlo y aplicarlo, pero creo que la incorporación a su calendario, que es muy complejo, ya está asumida. Aquellos problemas que tuvimos han generado alguna distorsión, sobre todo en las relaciones entre unos y otros, pero creo que se ha impuesto la coherencia y se ha llegado a una situación de equilibrio.

Pero, ¿se puede dar por finalizado el conflicto?

Sí. La aplicación de las 37,5 horas fue complicada en todos los colectivos que trabajan en el Ayuntamiento, pero en la policía fue más difícil si cabe porque el acuerdo que a su vez ellos tenían hacía que tuvieran más horas de trabajo pagadas y no querían perder el acuerdo. Lógico, por otra parte. Nosotros entendíamos que no tenía sentido pagar horas extraordinarias cuando había una ley que obligaba a incrementar el horario de dedicación y ellos entendían que esas horas debían canalizarse de otro modo. Pero esa situación se ha normalizado y conflicto por aquello no existe. Otra cosa es que como cada año hay que aprobar un nuevo calendario laboral, cada año vuelve a revivirse el conflicto.

Aquello le afectó de manera personal, ¿ha sido el peor trago?

Lo viví con normalidad. Posiblemente sí traspasó las barreras de lo profesional para afectar a lo personal, cosa que entiendo que nunca debiera ocurrir, ni a mí ni a nadie, pero lo viví con tranquilidad. En estos conflictos hay que mirar a largo plazo y ver cuál es el objetivo, no el momento puntual.

Cambiando de tema y respecto a la tasa de aguas, ¿podemos temer nuevas subidas o se ha tocado techo?

Así como en el resto de los servicios públicos obligatorios no se exige que lo que se cobra a los ciudadanos cubra el coste de lo que a la administración le supone prestar el servicio, en el caso del agua no es así. En concreto, la directiva europea sobre el agua obliga a repercutir en los ciudadanos, a través de la tasa, el coste de la prestación del servicio. Y en esto, el canon que el Ayuntamiento ha puesto a la Sociedad de Aguas, ha obligado a incrementar los precios. Por otro lado, el coste de las infraestructuras que se están desarrollando -depuradora- y se van a desarrollar -nuevos depósitos de Cortes- no repercutirán sobre los ciudadanos de Burgos en la medida en que se van a financiar con fondos europeos. En el primer caso, el 70% del coste total;en el segundo, en un 80%. Ylos porcentajes restantes se irán incorporando a los costes del agua, pero de forma muy progresiva, con lo cual esto no va a tener un impacto.Creo que se ha pasado lo peor.

Hace tiempo que planea la sombra de la privatización sobre el Servicio de Aguas. ¿Sigue a día de hoy la puerta abierta a ello?

El futuro siempre está abierto. Cuando se habla de privatización se puede hablar de muchas cosas. El modelo de gestión que tenemos ahora, a través de una sociedad con capital público, se decidió por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento con el apoyo de todos los grupos políticos. Eso ya fue una forma de privatización porque ha dejado de ser un servicio integrado en el Ayuntamiento para tener autonomía. Y esos ingresos ya no entran en las arcas locales  para hacer frente a cualquier necesidad pública, sino que se han quedado en una sociedad para autofinanciar ese servicio. ¿Es más privatización el gestionar de forma indirecta a través de una empresa, como hacemos en el caso de la recogida de residuos? Son distintas formas de privatización;lo que pasa es que parece que ahora es una palabra que nos asusta mucho a todos. Creo que hay que perder el miedo a la privatización.

¿Y volviendo a la posible privatización de Aguas?

El modelo que se ha adoptado para la gestión de agua en Burgos hoy por hoy es satisfactorio. Es evidente que es un servicio de calidad, no es necesario que el Ayuntamiento tenga fondos de forma anticipada en el momento actual para poder abordar otros proyectos públicos que también sean necesarios, con lo cual tampoco es necesario dar entrada a capital de otras empresas en la Sociedad de Aguas. Por tanto, en este momento es un tema cerrado, sin perjuicio de que el futuro siempre estará abierto a que esto pudiera suceder y no por ello sería malo.

Los funcionarios de la Junta de Castilla y León están recuperando parte de la paga extra suprimida en 2012. ¿Se baraja esta posibilidad en el Ayuntamiento?

Sin perjuicio de que  respeto esos pactos, hoy por hoy la ley es contundente. Si entre todos nos autoimpusimos esta exigencia, no tiene mucho sentido  -y soy una de las personas afectadas por ello- que ahora negociemos el devolverla aunque sea por partes.

Respecto al área industrial, en la primera entrevista que concedió a DB poco después de ser nombrada concejala, afirmó: «Es un buen momento para organizar la promoción industrial de la ciudad». ¿Qué se ha conseguido casi tres años después?

Me ratifico en lo que dije entonces. Los últimos años no están siendo -no sólo en Burgos, sino en el conjunto nacional- de implantación y expansión empresarial. Por lo tanto, sigo pensando que están siendo un periodo positivo para dar a conocer la ciudad como un emplazamiento industrial muy competitivo. Y además, con ocasión del 50 aniversario de la concesión del Polo  de Promoción Industrial, entiendo que es un momento muy adecuado para dar a conocer un Burgos con una industria consolidada, en el que durante muchos años se vienen haciendo las cosas bien, donde se sabe hacer negocios y donde la conflictividad laboral ha sido mínima. Todo ello, junto a la posición estratégica, nos hace muy competitivos. Por tanto, es importante trabajar en la captación de nuevas inversiones, pero también el arraigo de las actuales y en ello estamos trabajando con las propias empresas, FAE y Cámara de Comercio.

¿Realmente alguna empresa se ha interesado por venir a Burgos en estos años de crisis?

Ha sido mucho más fácil vender suelo comercial que industrial;en este último caso hay un parón total. Aunque también debo decir que esto es una tarea del consorcio. Sin embargo, sí se ha detectado que el suelo industrial que se compra no es tanto para establecerse sino más bien como ‘ganga’. Y nosotros, como consecuencia del modelo de generación de suelo industrial que tuvimos, no estamos en ese sector de vender a precio de ganga o de ocasión. Nuestro suelo industrial es de calidad y su valor da cobertura a la deuda que se asumió para poder ejecutarlo. Y eso no es que nos haga menos competitivos, porque el precio no es un factor determinante a la hora de decidir la ubicación de una empresa, sino que se tienen en cuenta otros factores que, desde mi punto de vista, son más importantes como el transporte, al lado de quién estoy, etc.

¿Cree que ha repercutido negativamente el hecho de que Burgos haya quedado casi ‘al margen’ de la Alta Velocidad?

Esta tardando, pero a Burgos llegará y no creo que hasta ahora haya afectado a la industria porque desde el punto de vista del transporte la ciudad está muy bien posicionada. Tenemos la intermodalidad; es decir, tener capacidad de transporte por ferrocarril, carretera y avión. Además, contamos con un puerto seco que tiene relación con Bilbao, Santander, Barcelona, Valencia... Tenemos aduana. Por tanto, concurren una serie de circunstancias que, desde el punto de vista de la logística, son interesantes y nos sitúan en una posición excepcional.

Sin embargo, proyectos como el del Parque Tecnológico se están dilatando muchísimo en el tiempo. ¿Hasta qué punto están reclamando al Gobierno regional agilidad en este sentido?

Nosotros no tenemos competencia como Ayuntamiento en materia de industria; es estatal y regional. Muchas veces es fácil reivindicar    -yo desde aquí lo hago- pero hay que ponerse en la situación de quien tiene que tomar decisiones equilibradas para nueve provincias. Igual que en su momento Burgos resultó beneficiada por la concesión del Polo de Promoción Industrial, entiendo que el Gobierno regional -en concreto la Consejería de Economía- también tiene que adoptar decisiones que traten de equilibrar al resto de provincias. Cuando se habla de parques de proveedores en Ávila o Palencia, creo que la idea de la Junta no es deslocalizar el sector de la automoción ya implantado en ciudades como Burgos, sino de atraer empresas ubicadas en otras comunidades autónomas. Entonces esa solidaridad territorial es difícil de ver desde Burgos pero es razonable tenerla en cuenta. ¿Que nos puede llegar a perjudicar? Evidentemente. En nuestra mano está, con las pocas posibilidades que tenemos de adoptar decisiones, dar pasos. Así,  el Ayuntamiento está generando suelo industrial, tratando de ofrecer beneficios fiscales a las empresas y favoreciendo la implantación de éstas y su relación con la administración.

Pero, incidiendo en el proyecto del Parque Tecnológico, ¿no cree que la ralentización por parte de la Junta es ya inaceptable?

Creo que el interés de la Junta en poder desarrollarlo es máximo. Incluso tenían unos plazos para que fuera una realidad durante esta legislatura, si bien es cierto que están pendientes de un informe que no es competencia suya para seguir la tramitación.

Seguro que si se tratase de Valladolid no hubiera llevado tanto tiempo ponerlo en marcha...

Creo que no debemos compararnos sobre todo desde el victimismo porque tenemos una masa industrial lo suficientemente potente y consolidada como para no tener que compararnos con nadie. Además, en mi opinión personal,  cuando hablamos de parques tecnológicos, al concepto de I+D+i le falta madurar. Y posiblemente nuestro Parque Tecnológico va a llegar en el momento en el que el I+D+i  sea cada vez en mayor medida una realidad y una apuesta de futuro. Porque si hay algo aquí es talento y personas muy cualificadas. Por tanto, creo que llegaremos en el momento oportuno.

¿En qué momento está el desarrollo del Centro de Actividades Económicas (CAE)?

      Nos compete a nosotros. Creo que será el futuro de la industria de la ciudad.El recién aprobado Plan General de Ordenación Urbananos ha dado las bases para empezar a desarrollar este sector, pero habrá que empezarlo con tranquilidad. No quiere decir que ya no sea necesario porque tengamos suelo disponible en Villalonquéjar;es más necesario que nunca porque generar suelo puede llevar como mínimo una década.

Hace unos dias se aprobó el convenio para que el Consorcio de Residuos gestione el vertedero. ¿Se han cerrado todos los flecos pendientes?

Hemos aproximado posturas entre Ayuntamiento y Diputación, algo que hace unos pocos años parecía imposible. Y de cara a la construcción del segundo vaso, dentro de ese complejo general de más 300 hectáreas que es el vertedero de Abajas, hemos llegado a un acuerdo para que sea el Consorcio de Residuos -en el que tenemos un 42%- el que gestione ese nuevo vaso. La titularidad de las infraestructuras sigue siendo del Ayuntamiento. Este convenio ha sido aprobado por todos los grupos, por lo que entiendo que comparten que es bueno para la ciudad. A partir de ahora nos hemos planteado si la Junta de Castilla y León nos puede ayudar a su vez a financiar la construcción del nuevo vaso. Esto nada tiene que ver con el sellado, que es algo diferente;éste siempre será una obligación del Ayuntamiento de Burgos porque en la tasa que hemos venido cobrando hasta ahora a los ciudadanos y al Consorcio hemos incorporado el coste de ese sellado.

Al final se ha paralizado el mercado del G-9 por falta de inversores. ¿Seguirá el mercado norte los pasos del exitoso mercado sur? El inversor ha urgido recientemente una respuesta...

Es lógico que los promotores quieran la mayor agilidad posible, pero también es cierto que esta apuesta ha venido a coincidir con un momento de mucha incertidumbre como consecuencia de la aprobación de la Ley de Sostenibilidad y Racionalización de las Entidades Locales, según la cual la competencia en mercados de abastos deja de ser un servicio obligatorio. Por eso, jurídicamente el escenario se ha complicado y ha hecho que se ralentice el tema, aunque parece que el escenario está más claro yen Castilla y León se han seguido desarrollando mercados. Pensamos que esta apuesta de un inversor por la ciudad es una forma de consolidar el mercado a largo plazo, por lo que seguimos interesados en la medida en que la existencia de dicho mercado sea sostenible. Por ello, sigo trabajando con intensidad este tema y de forma inmediata trasladaremos los informes sectoriales  que se han emitido ya por parte de las distintas áreas municipales.  Remitiremos a los promotores ese documento en la idea de que nos contesten y a partir de ahí reorientamos el estudio de viabilidad.

Gamonal es y será el conflicto con mayúsculas vinculado a esta legislatura. Usted estaba en ese momento de baja, pero, ¿qué cree que falló en la gestión del equipo de Gobierno del PP?

Algo ha fallado si el resultado es el que todos conocemos y del que todos debemos aprender. Cuando no se tienen todos los datos es difícil hacer valoraciones, pero creo que fue algo que nunca se pensó que pudiera ocurrir y, posiblemente, pilló desprevenido al equipo de gobierno, pero creo que actuó con cautela y como tuvo que hacerlo, aunque luego haya sido muy criticado. Frente a intereses personales o frente a la propia imagen del alcalde o de los miembros del equipo de gobierno fue prioritario la imagen de la ciudad. Y creo que los restantes grupos políticos tuvieron un papel nefasto. El PP tendió la mano para que hubiera un pacto de condena a la violencia y los grupos políticos prefirieron sacar rédito político. Tengo la sensación de que se ha utilizado la situación económica de muchas personas que están sufriendo y que esto se vistió de corrupción cuando el problema que subyacía era otro. Lo que más me apena es que no sé si quienes no quisieron pactar en contra de la violencia son conscientes de lo que esto ha supuesto para la ciudad, en la que la paz social era uno de los elementos más competitivos y, sin embargo, ahora eso se ha puesto en tela de juicio. Yo me lo planteo desde el punto de vista de la industria porque tratamos de captar inversiones y uno de nuestros principales atractivos era la ausencia de conflictividad.

¿Preguntan los inversores por Gamonal? ¿Está afectando el conflicto?

No es tanto que esté afectando, pero entienden que es un elemento que nos resta competitivad. Porque si por algo se caracterizaba la ciudad de Burgos era por la ausencia de conflictividad y la paz social. Ahora hay que ver cómo lo planteamos de cara a un futuro y cómo nos unimos para dar una imagen de Burgos distinta a la que ahora se tiene en muchos lugares. Porque aquí, quien ha salido perjudicada es la ciudad de Burgos, los ciudadanos y, fundamentalmente, el barrio de Gamonal.

¿Faltó diálogo?

No. Creo que se quiso dar la sensación de que había faltado diálogo. Fue un proyecto consensuado y elegido por los representantes de los distintos colectivos del barrio, no sé si eran los más adecuados, pero no había otros. Y es cierto que había un par de colectivos que desde el principio se negaron a participar y tenía sentido que se opusieran. Soy consciente de que durante esa semana tan tensa el alcalde y el equipo de gobierno tendieron la mano a todos los grupos políticos e incluso a esos colectivos, para tratar de salvar algunas unidades de ese proyecto y beneficiar a los ciudadanos de Gamonal y, sin embargo, no se quiso. En aquel momento era más importante seguir trasladando esa idea de ciudad que luchaba contra la corrupción que pensar en el beneficio de los ciudadanos de Gamonal.

Falta un año para las elecciones municipales, pero, ¿cree que les pasará factura?

El tiempo pone las cosas en su sitio y, sin perjuicio de que esto nos ha dañado mucho como imagen de ciudad en el exterior, creo que los ciudadanos de Burgos han conocido la realidad de lo que sucedió en Gamonal de una forma mucho más cercana. Si por parte de algún sector se le pudo achacar al alcalde cierta posición de debilidad por no ser contundente a la hora de impedir que [el conflicto] continuara, creo que el tiempo pondrá de manifiesto que en su momento se hizo lo correcto para no perjudicar a los intereses de Burgos. Y aunque otra opción pudiera haber sido valorada de forma más positiva, a largo plazo nos hubiera generado más problemas.

Pero sí parece indiscutible que la imagen del alcalde se ha deteriorado.

Javier [Lacalle] a mí me ha demostrado que, a pesar de su juventud, ha sabido salir adelante en una situación muy complicada, en la que muy pocos alcaldes han estado inmersos. Y no solamente eso, el resto de su equipo estuvo con él en todo momento y eso no solo le fortaleció a él, también al resto que, desde entonces, es más equipo.

Otros momentos tensos de este mandato fueron las dimisiones de dos concejales, Eduardo Villanueva y Santiago González. Le hacemos la misma pregunta: ¿Cree que estos escándalos tendrán una repercusión negativa para el PP en las urnas?

Creo que los ciudadanos ahora demandan estabilidad, que no haya incertidumbres, y desde ese punto de vista, afecta. Pero lo importante es el resultado, que en una situación muy complicada, de mucha crispación social y también de mucha tensión interna como consecuencia de estas situaciones, todo ha evolucionado con normalidad y los miembros del equipo están implicados en sus áreas. Como decía antes, sigo pensando que esto ha fortalecido al equipo y no todo lo contrario.

Seguro que al principio de la legislatura no imaginó nada parecido...

La verdad es que fui un poco inocente y si me llegan a contar que esto era así, posiblemente ahora estaría en mi casa.

Su etapa en la Junta fue mucho más tranquila.

Bueno, la administración local es muy complicada porque se está muy cerca del ciudadano y este identifica a quién está en el gobierno del Ayuntamiento como quien le debe resolver la mayor parte de sus problemas y le debe prestar sus servicios y a quien es más fácil manifestarle la crispación. Desde ese punto de vista, es difícil ser concejal. En la Junta estás mucho más alejado del ciudadano, las decisiones no afectan de un modo tan directo, las competencias son distintas y los proyectos se gestionan de forma más tranquila. En una ciudad como Burgos, cualquier cosa en la que te despistes, al día siguiente es información de primera página de un periódico y existe más tensión. Pero eso no es malo, te obliga a estar más pendiente de todo y seguramente con mejores resultados.

¿Le gustaría repetir en el Ayuntamiento?

No me lo he planteado. Es cierto que tengo muchas áreas, pero ahora ya he cogido el ritmo de todas y es más fácil ver el futuro. Un futuro en el que estoy mucho más centrada, pero que es a corto plazo. Es decir, las próximas elecciones. A partir de ahí, tendré que plantearme qué hacer porque es cierto que estoy contenta con todos los proyectos que estoy desarrollando, pero también es cierto que exige mucha dedicación y muchas horas. Y este tiempo, sumado a mi actividad en la Universidad tiene que estar equilibrado con la dedicación a la vida personal, que para mí es muy compleja. Pero no tengo interés en estar en un sitio o en otro, ni lo planteo en esos términos. Lo único que quiero hacer en cada momento es cosas que me den satisfacción.

Y suponiendo que Javier Lacalle volviera a ser el candidato del PP a la Alcaldía, ¿cómo podría convencerla, si entrara ahora por esa puerta, para que repitiera en la lista de las próximas municipales?

Yo estoy aquí por Javier. Pienso que es el mejor alcalde que puede tener esta ciudad porque lleva a Burgos en su ADN.No habría otro que pudiera preocuparse tanto de sus  problemas y, por supuesto, él sería la única persona que podría convencerme de que siguiera.

Hay quien menciona su nombre como posible sucesora de Lacalle. ¿Se ha planteado en alguna ocasión la posibilidad de ser la primera alcaldesa de esta ciudad?

Hombre, siendo mujer es lógico que surjan estas especulaciones y, sobre todo, en momentos en los que como comentan, se ha puesto en entredicho la continuidad de una persona. Yo sigo insistiendo en que, al revés, esto ha fortalecido a Javier y ni siquiera entra en mis planteamientos. Yo soy una persona más de gestión y no tanto de representación. Valoro muchísimo lo que él hace y la disponibilidad que tiene en todo momento para estar al frente de los problemas de esta ciudad.  Creo que Javier está hecho para eso y yo no. No sé si se puede ser más contundente.