Podré seguir con mi vida normal? Es la primera pregunta que se hace una persona al descubrir que tiene esclerosis múltiple, pero no la última, ya que al diagnóstico le suceden cientos de interrogantes que hay que ir despejando día a día. Después del mazazo inicial y de aprender a convivir con la enfermedad, empieza el difícil camino de intentar que los demás entiendan lo que te pasa, y no siempre se encuentran las respuestas adecuadas ni la empatía de quien escucha.
Y es que la EM, la enfermedad de las mil caras, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría. Los síntomas cambian de una semana a otra, y aunque aparentemente quien la sufre no tiene nada, dolores, fatiga extrema o rigidez articular le acompañan casi de forma permanente.
Cansada de dar siempre las mismas explicaciones, Paula Bornachea decidió relatar su día a día a través de un blog. Una de cada mil comenzó como una vía de escape pero con el tiempo se ha convertido en la mejor bitácora nacional. Es el premio que le ha concedido la editorial 20minutos, que lo ha premiado con la máxima distinción entre más de siete mil blogs. «No me esperaba ni siquiera ganar en la categoría de salud», reconoce aún sorprendida esta joven mirandesa que a través de la red ha logrado vencer su timidez .
«Cuando empecé a escribir me daba vergüenza que lo leyera la gente que conozco y no le daba a nadie la dirección del blog. Era curioso porque no me importaba que gente de cualquier parte del mundo supiera cosas de mi vida pero sí los más cercanos», admite. Ahora, no necesita dar muchas explicaciones. «Hay veces que conozco a alguien y le digo que tengo EM y me dice: ya lo sabía, lo he leído en tu blog», apunta.
Una vez, Paula más superó el reto. Y es que su vida con esclerosis es un pulso constante, el que relata un par de veces por semana para sus miles de seguidores. Con algunos comparte enfermedad, otros son amigos y la mayoría anónimos que gracias a ella ahora saben más sobre la esclerosis. Para todos, siempre hay una palabra positiva porque la frustración o los miedos quedan sepultados por el optimismo que desprende esta mirandesa de 30 años, que incluso en los «días de bajón», se marca el desafío de actualizar su bitácora.
Su lucha es una lucha compartida. Igual que su premio. «Me lo dan a mí pero en realidad es un reconocimiento para todos los enfermos de esclerosis múltiple que cada mañana nos levantamos con ganas de no dejarnos vencer», apunta. Por eso, sorteó entre sus seguidores la plaza de acompañante a la gala. El afortunado fue Jairo, un madrileño al que por fin pudo poner cara tras cientos de conversaciones a través de la pantalla. Tampoco la EM quiso faltar a la cita ya ni siquiera en su día le dio un respiro pero el malestar general se aplacó con el «subidón» de escuchar su nombre al jurado.
Para Paula, la enfermedad solo es una pausa en sus proyectos, pero nunca un freno definitivo. Activa y creativa, ya tiene en mente nuevos horizontes, aunque prefiere no desvelarlos. «Son un secreto», se disculpa, aunque rápidamente añade «pronto los voy a compartir con todos». Miles esperan cada día sus noticias.