Con toda la discreción del mundo, un grupo de técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se desplazó ayer desde Madrid para visitar las obras del tramo del AVE que deben llevar la Alta Velocidad hasta Burgos y que, pese al mensaje de que los trabajos se retomarían en 15 días, llevan paralizadas ya más de un mes. El motivo, ver sobre el terreno la modificación del proyecto que propone la Unión Temporal de Empresas (UTE) que construye la infraestructura.

Los responsables de Adif llegaron a la zona de las obras sobre las 12.30 de la mañana en dos todoterrenos sin ninguna serigrafía del organismo dependiente del Ministerio de Fomento y al parecer, aunque sin confirmar, con responsables de la UTE. Montados en los vehículos comenzaron a recorrer los alrededor de 6 kilómetros de ese tramo en los que ya se han removido las tierras y que se encuentra entre las localidades de Estépar y Buniel.

Ya sobre el terreno, los técnicos, incomodados por la inesperada presencia de este periódico en el lugar, se apresuraron por subir a sus vehículos y abandonar la zona sin ninguna explicación sobre la visita y tampoco sobre el momento en que las máquinas podrán regresar al terreno.

El senador del Partido Popular y vocal de Fomento en la Cámara Alta, Jaime Mateu, explicó que la de ayer fue «una visita rutinaria para recabar información sobre el estado de las obras» y añadió después que «en eso se incluye» también conocer de cerca la modificación del proyecto que se propone.

Mateu prefirió ahora, y a diferencia de antes, no hablar de plazos para el reinicio de las obras y manifestó que «se sigue trabajando de forma intensa» con el propósito de que se reactiven lo antes posible. Una infraestructura, según recordó, que cuenta con el compromiso para impulsarla de la ministra de Fomento, Ana Pastor. 

Mientras nadie da una respuesta precisa sobre el reinicio de la obra (el pronóstico del subdelegado del Gobierno y de Mateu de hacerlo a los 15 días se ha sobrepasado con holgura), la incertidumbre crece entre los trabajadores a los que sus empresas les ha dado vacaciones y que temen que, como les ha pasado a otros, puedan perder el empleo. «La gente está preocupada y tiene miedo porque piensa que llegará el día en que se cansen de pagar» y les manden a la calle, lamentaba uno de ellos.

Pese a que el Gobierno insiste en que el AVE podrá llegar a la ciudad en 2015, existe el recuerdo de que las obras ya estuvieron paralizadas durante dos años y no se retomaron hasta el verano pasado. Y ha sido ahora, cuando habían cogido ritmo, cuando se han vuelto a detener.

De momento, en el lugar donde ejecuta los trabajos la UTE, formada por Altec Infraestructuras y Torrescámara, decenas de máquinas de gran tonelaje permanecen aparcadas en una campa próxima a la gasolinera de Estépar. Únicamente hay actividad en las torres de alta tensión que se están instalando o retirando, pero ajenas a las obras del AVE paradas. 

En el pueblo aún continuaban los rumores que relacionan el parón con la investigación judicial que provocó nueve detenciones por un posible fraude en las obras del AVE a su paso por Barcelona. Tanto desde la Subdelegación del Gobierno como desde Adif han defendido que ese no ha sido el motivo por el que las máquinas abandonaron la zona de trabajo a principios de mayo.

La paralización de los trabajos coincide en el tiempo con el periodo del año en el que el clima es, y era, el propicia para que pudieran avanzar las obras en Estépar. Este tramo, aunque no  han trascendido las cifras del incremento del coste, ya recibió la aprobación de un modificado.