Nacido en la localidad ribereña de Baños de Valdearados en 1959, este abogado socialdemócrata convencido, casado y padre de una hija, ha desarrollado prácticamente toda su carrera política en Aranda de Duero, localidad en la que se afilió al PSOE en 1981 y de la que llegó a ser alcalde en dos mandatos: 1999-2003 y 2007-2011, sin que en la legislatura posterior pudiera reeditarlo «por el efecto Zapatero». Ahora, tras un periodo de reflexión, ha descartado la posibilidad de ser la foto del cartel electoral en los comicios municipales por quinta vez consecutiva.
Prácticamente se despide de la política local tras decidir no volver a aspirar a la Alcaldía.
¿Se ha quitado realmente un peso de encima al renunciar a ser nuevamente el candidato en Aranda? Su familia estaba en contra y se dice que su compañero de bufete le dio un ultimátum para que no dejara el despacho...
La verdad es que sí. No es un peso, porque haber sido alcalde y concejal de este pueblo es una de mis mayores satisfacciones, pero hay que saber irse y dejar a veces paso a otros compañeros. Y yo he tenido muy abandonada mi profesión. Cuando hablé con los compañeros en aquel periodo de reflexión les dije que mi idea era compatibilizar mi trabajo y no tener dedicación exclusiva en el Ayuntamiento. Mi mujer y mi hija están muy contentas y yo también, una vez tomada la decisión definitiva.
¿Al final la amenaza de Sergio Ortega de abandonar el grupo municipal que forzó su marcha atrás le ha hecho un favor? ¿Por qué reculó realmente?
No he reculado, no había tomado la decisión. Siempre he estado a disposición del partido. Pensé que tenía dificultades y los dos posibles candidatos me dijeron que si yo encabezaba no iba a haber problemas y que el partido iba a tirar conmigo. Tenía el apoyo del 99%, incluso quien dijo lo que dijo de renovación en Facebook -en alusión a Ortega- no lo he podido entender, porque quien más me animaba siempre fue él. Cuando dejé abierta esa puerta ya dejaba entrever que la decisión no estaba tomada. Fue muy difícil porque los compañeros casi al 100% me animaban para tirar y pensaban que era la persona idónea. Ahora ya sé que es Mar Alcalde, sin duda.
Pese a que anunció tras las últimas elecciones que no volvería a encabezar, ¿por qué decidió a última hora que podría presentarse? Se dice que fue un rebote porque el partido no le reservaba un puesto de salida en la lista a las Cortes Regionales, que consideraba le pertenecía por derecho...
Por derecho no me pertenece nada. Yo le he dicho al partido que llevo aquí muchos años, que he trabajado duramente y que si hubiera sido necesario hubiera vuelto a seguir trabajando. Tengo un bagaje suficiente para trabajar en otra institución. Yo me he presentado y he perdido casi siempre, cuando me presenté al Senado...Me gusta representar al partido en otros sitios y no voy a esconder que se lo dije a mi secretario general hace tiempo. Me gustaría ir a otra institución, no solo quedarme en el Ayuntamiento. Pero no se me ha prometido ningún número. Aranda ahora tiene el tres e independientemente de la persona sí nos gustaría que tuviera un hombre o mujer en las Cortes Regionales. Es muy importante para esta comarca. Y si me lo ofrecen voy a decir que sí. Si no, me quedaré en mi despacho, al que no renunciaré.
¿Influyó el respaldo que el sector oficial arandino prestó a Villarrubia en la pugna con Tudanca por la Secretaría regional?
No. Ni Tudanca ni Villarrubia me ofrecieron nada. Creíamos que en aquel momento podía ser la persona más idónea. Ganó Luis Tudanca y desde ese momento es mi secretario general y trabajo para que sea el próximo presidente de la Junta.
¿Tiene claro su futuro político? ¿Le han garantizado algún puesto en otra institución?
No. En el PSOE se está abriendo una renovación magnífica y estamos dando ejemplo. Las primarias son duras porque hay enfrentamientos pero... Una de las personas que más me animaba a seguir era Fernando Campo, gran alcalde y un referente del PSOE en Castilla y León. Ha dicho que lleva mucho tiempo y se va. Él lleva 12 años como alcalde, yo he sido ocho y otros ocho en la oposición. Es un ejemplo lo que está sucediendo en el partido y puede que tres mujeres encabecen las tres principales listas municipales en la provincia. ¿Eso no es apertura? Lo que se denomina apertura es simplemente trabajo. Las personas que trabajan pueden decir que quieren seguir, pero quien no trabaja no tiene derecho.
¿Aviso para navegantes?
No, pero esos ciento pocos compañeros que forman la agrupación saben quien va a trabajar a la sede y quien no. La mayoría de los concejales han trabajado mucho y muy bien, entre ellos Eusebio y Mar. Eusebio por las áreas que lleva parece que tiene un cierto protagonismo y creo que tiene derecho a todo, pero Mar también. Y a la hora de decidir uno piensa quién puede ser la persona más idónea. Eusebio ha dado un paso atrás, pero tampoco era necesario salir a los medios. Yo le he respetado siempre pero lo que tiene que hacer es ayudar a quien va a ser la única candidata a ganar la Alcaldía. Y me gustaría que hubiera una integración. Pero quien hace la lista es el candidato. Y lo que no se puede decir es si no voy en la lista me voy a otro sitio.
¿Teme que la sorpresiva decisión de Campo de no ser la foto del cartel electoral en Miranda provoque un baile de sillas si aspira a otras instituciones?
No. Fernando se merece todo y lo que aspire no se lo puede negar nadie. Y yo no voy a competir. Hablaré con el partido, si cree que puedo aportar algo en alguna institución y me lo ofrecen voy y si no, no pasa nada. Pero hay referentes en el partido que no se pueden perder y uno es Fernando Campo.
¿Le duele no poder sacarse la espina que supuso no salir reelegido tras su segunda legislatura como alcalde? ¿Tenía en mente algún proyecto pendiente?
Bastantes, pero lo que no me han dejado es dar continuidad, porque aquí un partido presenta los proyectos y otros los ejecuta. Lo que más me ha defraudado es cómo se han ejecutado Las Edades del Hombre. Ha venido mucha gente pero las visitas han ido tan dirigidas que pasaba y no toda la ciudad y la comarca se ha aprovechado. Se debería haber fomentado un esparcimiento en la ciudad y el Ayuntamiento debía haber preparado un plan integral. Y la espinita fundamental es la marcha de la IGP del Lechazo, que ha sido darnos una bofetada en la cara sin que aquí nadie haya dicho nada.
¿Por qué el sector oficial apuesta abiertamente por Mar?
El sector oficial apostó por mí. El único acuerdo de la Comisión Ejecutiva Municipal es para que yo fuera el candidato. Y dije que si me presentaba sería por avales. En aquel momento hay mucha gente que piensa que Mar es la persona idónea. Y a mí me lo parece y va a ser una magnífica candidata y, espero, alcaldesa. Eso no quiere decir que Eusebio no lo sea. Unos apoyan a unos y otros a otros. No entiendo que uno se enfade porque no te han apoyado. Eusebio lleva conmigo 16 años, se enfrentó a mí y le respeto muchísimo porque es un trabajador importante en el partido. Pero uno no tiene siempre la verdad absoluta. Yo soy de los más humildes y ahora hay que hacer un equipo nuevo. Eusebio tiene que trabajar por el partido, volver a ser concejal e integrarse con Mar, si es posible. Yo se lo he pedido, aunque ella debe hacer su candidatura y buscará la gente más oportuna. Hay que hacer una renovación importante, aunque habrá que meter también algún referente. ¿O vamos a la plaza y decimos, a ver, menor de 30 años, 50% hombre y mujer, ¿quién quiere ir en la lista del PSOE?
Martín le exige una sola razón por la que Mar debe encabezar en lugar de él...
Yo no tengo que dar las razones. Yo puedo apostar por uno o por otro y eso no es ir en contra de nadie. Las tiene que buscar él. A Mar la han apoyado los avales de los compañeros. A lo mejor no es el mejor candidato pero sí el más creíble. Es una magnífica candidata y Eusebio lo hubiera sido también. Pero Mar tiene más apoyo entre los avales.
¿Qué le parece que haya rechazado formar parte de la lista argumentando que no volverá a ser segundón de nadie?
Es decir o encabezo o me voy. Eso no es así. Yo llevo afiliado desde 1981, fui cargo público en 1995 en la oposición y hasta entonces nunca había pedido nada. Y algunos llegaron y automáticamente, concejales. Es que a alcaldes llegan cuatro. No es un segundón, es una primera figura y el partido le necesita. Ahora bien, encabeza otra persona. Ha desempeñado las funciones más importantes, se le ha hecho caso en casi todo. El primero no es el número uno siempre. Yo hubiera ido encantado de dos de Mar o de Eusebio e iré en el 12 ó el 13 para que se me vea.
Tras su paso atrás, en aras a la renovación que propugnan Pedro Sánchez y Luis Tudanca y reclama la sociedad, ¿otros compañeros ‘veteranos’ deben seguir su ejemplo? Los más críticos, que abogan por finiquitar los clanes familiares, apuntan a su suegra, Leonisa Ull.
Las personas condicionan mucho, no en tomar decisiones pero sí de cara a la gente. Yo he aprendido mucho de Leonisa, pero para evitar que dijeran que me ponían a dedo siempre me he presentado a las primarias. Y he tenido un aval magnífico. No soy yo el que va a tener que resolver esta lista...
Otro peso que se quita ¿no?
(Risas). Leonisa, que dejará de ser procuradora, no sé qué plan tiene. Pero una persona que ha tenido todo que pueda ser concejala... ¿es que es tan terrible? Tiene que ser un orgullo. Para mí lo sería. Creo que va a haber una renovación muy importante, por lo menos el 50, incluso el 60 o el 70% de los 10 primeros. Algún referente del partido tendrá que quedar. ¿Renovarse qué es, cargarse a todos los que llevan más de 12 años? Pues no queda ninguno, yo el primero. Se trata de poner al afrente a una persona diferente porque por esa teoría no podrían ir ni Mar ni Eusebio. Yo siempre que me he presentado orgánicamente he ganado y he integrado a los que han ido a por mí. Ese esfuerzo no sé si lo van a hacer los demás. La fuerza está en la agrupación. Algunos hablan de partido cerrado y de que hay personas que no se las ha dejado afiliar... es mentira porque abrimos todos los días y se puede hacer por Internet.
¿Se le va a dejar total libertad a Mar Alcalde la hora de confeccionar la lista? Porque me da la impresión de que va a tener que echar mano de independientes.
Va a tener toda la libertad como todos los candidatos. Es muy inteligente y hará una buena candidatura. Y, seguramente, aparte de gente nueva puede haber algún independiente por lo que me ha dicho. En este partido, aunque ahora no hay, siempre ha habido independientes. Hay que buscar la gente mejor que pueda existir en la sociedad y que se comprometa.
¿La escasa afiliación es el motivo de que la agrupación socialista arandina tenga históricamente tan poco peso a nivel provincial y por ende regional?
Ha caído a nivel general en todos los sitios desde 2010. Estamos en la misma cuota de siempre, porque Burgos tiene 300...
Ya, pero siempre les reservan el tercer puesto, el cuarto...
Tradicionalmente ha sido así. Ya me gustaría a mí ir el primero o a mis compañeros. Yo de hecho lo he planteado alguna vez y he perdido. Los centralismos son así.
En un año dejará la secretaría local al cumplir tres mandatos, ¿aspirará a la provincial?
No.
Pero sí se lo ha planteado...
Seguiré vinculado al partido. A mí se me pueden criticar muchas cosas pero no estoy en el comité regional ni el federal y podía haber estado. Solo soy el vicesecretario general provincial. Ahora no me ronda por la cabeza presentarme a secretario provincial. Vamos a ver cómo se plantean las cosas y no me importaría estar, si tengo que estar, como vocal o como vicesecretario, y si no tengo que estar, tampoco. Ya he colmado mis aspiraciones orgánicas y municipales y si el partido considera que soy útil en algún otro sitio ahí estaré. No voy a plantear batalla. Pero hay personas que llevamos mucho tiempo y no se nos puede arrinconar. No soy tan mayor y todavía puedo ser útil. Yo voy a dar mucha más importancia a mi vida profesional que a mi vida política en este momento. Seguiré estando en Aranda, apoyando a mis compañeros y espero que se entiendan. No podemos permitirnos el lujo de prescindir de gente que puede aportar mucho.