Nadie sabe si el Belén del Regimiento de Transmisiones 22, inaugurado ayer en el Fórum, obtendrá el Guinness del Nacimiento interior más grande del mundo; pero se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que es espectacular y que se ha superado con respecto a las veinte ediciones anteriores, toda vez que este año ocupa el doble de la superficie habitual: 400 metros cuadrados. Un espacio inmenso en el que en esta edición, incrementa en 40 los nuevos personajes, llegando a los 1.400. Un Belén de récord, sin duda, que ha añadido a las escenas habituales varias nuevas: una bahía de 30 metros cuadrados que evoca las aguas del río Nilo, surcado por embarcaciones; un fastuoso palacio de Poncio Pilatos; el portón de la entrada a Belén; y tres nuevos estanques.
La instalación y el montaje del Nacimiento ha sido más costoso de lo habitual, como admitió durante la presentación su principal responsable, el subteniente Enrique Rodríguez Menayo. Dieciséis camiones militares han hecho posible el traslado de las escenas del nacimiento. En el montaje han trabajado hasta 40 operarios, que han acondicionado las miles de figuras y han ido colocando efectos especiales como nieve, lluvia o viento. En total, se han empleado 5.400 metros de cable eléctrico y 119 focos para la iluminación que suman 12.000 vatios de potencia eléctrica.
Autoridades militares, civiles y religiosas asistieron a la inauguración del Belén, que fue bendecido por el arzobispo de Burgos, monseñor Gil Hellín. Los organizadores del fabuloso Nacimiento aspiran a superar la cifra de 20.000 visitantes del pasado año y lo que se recaude se destinará al Banco de Alimentos, la Asociación de Enfermos Mitocondriales y la catedral. Hasta el 6 de enero, de 12,00 a 14,00 y de 17,30 a 21,00 horas.