Dice la escritora burgalesa María Jesús Jabato que a MartínDomínguez Berrueta se le relaciona indefectiblemente con Federico García Lorca, del que fue profesor y una de las principales y más importantes influencias para que el granadino terminara convertido en un poeta universal. Pero Berrueta fue más. Mucho más, como lo acredita el estudio que la autora ha dedicado a este intelectual nacido en Salamanca en 1869, adscrito a la Institución Libre de Enseñanza. Don Martín Domínguez Berrueta: vida y obra de un profesor universitario.Contribuciones ético-sociales, pedagógicas y literarias es el título de la tesis que Jabato defenderá el próximo 18 de diciembre en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho. Una obra ambiciosa que supera las 800 páginas y que ha tenido a la escritora burgalesa dedicada en cuerpo y alma el último año al rastreo de fuentes primarias, especialmente prensa y documentos de la época, en busca de Berrueta.
Ha encontrado Jabato a Berrueta, del que aporta la documentación del viaje realizado con sus alumnos a Burgos (Lorca entre ellos) en 1918 y del que no había noticia; compila sus artículos de prensa y otros textos, como conferencias que desde que se publicaron en distintos medios de Burgos y nacionales no habían vuelto a ver la luz; aporta información sobre cuatro cuadernos de notas manuscritos, uno de ellos sobre la catedral de Burgos.
«Pretendo reivindicar su figura en Burgos, para lo cual solicité en mayo al Ayuntamiento que se dé su nombre a una calle, ya que su dedicación a la ciudad merece el reconocimiento y el conocimiento por parte de las nuevas generaciones de burgaleses. Es una cuestión de justicia histórica y de recuperación de la memoria de quienes están sumidos en el olvido. Fue un enamorado de la ciudad, tenía vinculación familiar en ella, trabajó denodadamente por elevar su nivel cultural y académico y fue reconocido oficialmente por ello por la Diputación. Los burgaleses le querían y apreciaban su esfuerzo. Se sentía más burgalés que salmantino y puso el alma en todo lo que hizo por Burgos hasta el punto de que Gibson se refiere a él como ‘ese romántico de Burgos’ y en la tesis se aportan infinidad de referencias sobre su presencia y actividades en la ciudad, sobre su predilección por la catedral sobre cualquier otro monumento», explica Jabato.
Martín Domínguez Berrueta, periodista, catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes de la Universidad de Granada y escritor, «trascendió en cada una de estas tres facetas, a la sociedad de su tiempo», señala la autora. Como periodista, dirigió El Lábaro, utilizando la plataforma de la prensa para cambiar mentalidades y comportamientos. En el ámbito universitario fue profesor auxiliar de Letras en la Universidad de Salamanca y catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes de la Universidad de Granada donde ejerció su liderazgo pedagógico. Inscrito en la Institución Libre de Enseñanza, organizó viajes académicos con sus alumnos, que tuvieron gran importancia pedagógica, fue decisivo en la vocación literaria y estética de García Lorca y propugnó la reforma universitaria a través de las ideas vertidas en sus conferencias sobre Renovación Universitaria, pronunciadas en Burgos en 1910. También en Burgos desarrolló una importante labor universitaria.
Como escritor publicó sus Crónicas Burgalesas, compendio de algunos de sus artículos publicados en Diario de Burgos y La Voz de Castilla, otros cuatro libros de corte divulgativo en la editorial Hijos de Santiago Rodríguez y dos más en colaboración con el pedagogo Sarmiento Lasuén. Domínguez Berrueta era un enamorado de Burgos, ciudad en la que pasaba todos los veranos y en la que con sus charlas y conferencias elevó el nivel cultural, siendo recompensado por ello oficialmente.
La tesis pretende reivindicar la importancia de Berrueta. «Constituye una monografía sobre el profesor, reconstruye su vida, hasta ahora ignorada, aporta gran parte de sus colaboraciones en prensa de corte literario y artístico, dispersas en los distintos periódicos y revistas nacionales en los que colaboraba y documenta uno de los viajes académicos hasta ahora desconocidos, el de 1918, a través de las crónicas escritas excepcionalmente por él en la prensa madrileña».
Además aporta documentos, y fotografías inéditos y los testimonios de la familia, entre ellos, el de su única hija, que aún vive a sus 101 años. Y revela la existencia hasta ahora desconocida de unos cuadernos de notas, uno de ellos relativo a la Catedral de Burgos, que fue la base del libro que pretendió escribir sobre el monumento, si bien no pudo hacerlo dada su prematura muerte. (Estas notas serán objeto de un posterior estudio).
Imágenes
Ciento sesenta imágenes y cerca de 1.000 notas a pie de página documentan el texto. Respecto a las fuentes, ha hecho un gran esfuerzo en las primarias, ya que ha consultado más de 80 periódicos y más de 30 documentos de la época y ha consultado registros y bibliotecas.