Quintana de los Prados se encuentra a apenas cinco minutos de Espinosa de los Monteros, pero en la mañana de ayer el camión de bomberos municipal acudió a atender un incendio en una vivienda de esta localidad una hora después de que se diera la voz de alarma. Tres de los cuatro bomberos del equipo de voluntarios de Espinosa de los Monteros no acudieron al siniestro por distintos motivos y el que lo hizo fue sin el camión por si le llamaban desde su trabajo. Los vecinos que atendieron con las mangueras el incendio no pudieron evitar que las llamas saltaran de la casa de los Gómez Cano a la de los Sainz Maza y temieron por otros vecinos octogenarios que tuvieron que ser evacuados de su hogar a las siete de la mañana.
El 112 recibió la primera llamada de alerta a las 6.55 horas, según confirmó a DB el servicio de emergencias de Castilla y León y hasta las 7.55 horas no llegaron dos camiones y cinco bomberos del parque de Medina de Pomar, ubicado a 21 kilómetros de Espinosa, según relataron distintos testigos. Poco después llegaba el camión de Espinosa, pero conducido por un operario municipal que no es bombero.
Los vecinos, quienes trataron de mitigar las llamas con las mangueras del pueblo durante esa larga hora de espera, mostraban su indignación ante lo sucedido, e insistían como los de Cillaperlata el pasado mes, en que la comarca necesita un parque de bomberos profesionales que den una rápida respuesta ante los siniestros. En lo que va de año han ardido ya 26 viviendas en Las Merindades, donde se han producido el mayor número de incendios en casas rurales de la provincia.
El fuego podría haberse originado por un cortocircuito, según las primeras hipótesis, dado que los propietarios tenían el suministro eléctrico operativo para conservar los alimentos que guardaban en un congelador y el fuego apareció lejos de la chimenea.
El 112 dio aviso a la Guardia Civil y a los Bomberos de Burgos, que coordinan los medios de extinción de la provincia. De los dos bomberos de Espinosa más cualificados y que cobran un plus en su salario municipal por esta tarea extra, uno estaba de vacaciones fuera de la provincia y otro no respondió a las insistentes llamadas que le efectuaron. Un tercer voluntario no pudo acudir porque debía atender su trabajo.
Así las cosas, el operario municipal que finalmente acudió con el camión lo hizo advertido por los vecinos de Quintana de los Prados. El alcalde espinosiego, José Carlos Peña, señaló que «para que esto funcione alguna medida tenemos que tomar, pero no hemos decidido cual será». También admitió el retraso y que se había producido «un fallo de localización de los bomberos». Mientras, la portavoz de la oposición, Pilar Martínez, achacó la responsabilidad de lo sucedido al equipo de gobierno «que tiene que ser el responsable de coordinar este tipo de emergencias». Los bomberos de Medina, que permanecieron hasta las dos de la tarde en Quintana, aseguran que respondieron en cuanto fueron avisados y que condujeron despacio a Quintana ante el riesgo de hielo en la carretera.
Vecinos octogenarios
Poco antes de las siete de la mañana, Inmaculada Peña sacaba de la cama a sus padres Dionisio Peña y Concha Pardo, de 86 y 85 años de edad, ante el temor de que las llamas saltasen a su casa, que aunque no es contigua, se encuentra muy cerca de la vivienda donde se originó el incendio. Los vecinos atacaron con sus mangueras el fuego en la zona más cercana a su vivienda para evitar una desgracia más grande que muchos pronosticaban que no se hubiera podido evitar si se hubiese levantado el viento. «Estamos dejados de la mano de Dios. Si suben de Bilbao llegan antes», criticaba con dureza Inmaculada Peña mientras consolaba a Isabel Gómez que había perdido los recuerdos de toda una vida. Ella y su marido Ignacio Cano se trasladaron hace unos años a Espinosa, pero en primavera y verano volvían a la casa de Quintana y su hijo y su nuera habían estado este fin de semana. Todos lloraban lamentando lo sucedido. Sus vecinos, la familia Sainz Maza también se trasladaron hace años a Espinosa y ya no utilizaban la vivienda siniestrada.