Hasta ahora a los fósiles hallados en la Sima de los Huesos, de 430.000 años de antigüedad, se les consideraba de la especie Homo heidelbergensis, una especie anterior al Neandertal cuyo nombre se debe a una mandíbula hallada en la localidad de Heidelberg (Alemania). Ese fósil aislado, y los fragmentos de huesos de otros yacimientos catalogados de la misma especie, no aportan, sin embargo, datos sobre cómo eran los cráneos de estos individuos y cómo encajan con el resto del esqueleto.
La Sima de los Huesos, en Atapuerca, es el yacimiento con mayor cantidad de cráneos de una especie humana extinguida y todos los individuos pertenecen a una misma población biológica, «lo que permite estudiar su variación individual, las diferencias sexuales, el patrón de desarrollo, etc.». El estudio completo de 17 de estos cráneos, cuyos resultados acaba de publicar un equipo de investigadores dirigido por Juan Luis Arsuaga en la revista Science, aporta nuevos datos sobre la evolución de esta población.
«Hemos encontrado un eslabón intermedio entre el Homo antecessor y los neandertales. Mientras que en la cara y la mandíbula es donde empezamos a apreciar rasgos neandertales incipientes, el cráneo cerebral no presenta características ni de neandertales ni de Homo sapiens. Es primitivo, para entendernos.Y por otra parte el volumen del cerebro es inferior al de los neandertales y al Sapiens», resume el codirector del Equipo de Investigación de Atapuerca.
Por tanto, los fósiles de la Sima de los Huesos son los más antiguos que existen de rasgos neandertales, pero no pertenecen a esta especie tal y como hoy la consideramos porque su cráneo y volumen cerebral no lo es y porque el ADN, cuyo resultado se conoció hace unos meses, tampoco.
Con estos nuevos datos que rastrean su origen Neandertal, ¿debemos seguir llamándoles Homo heidelbergensis, como hasta ahora? «Heidelbergensis es una especie creada a partir de una mandíbula. No sabemos cómo es el cráneo ni el esqueleto. Hay que ver en ese nombre qué fósiles se meten. Es una especie tan desconocida, tiene un ejemplar tipo tan poco elocuente, que tendríamos que ponernos de acuerdo sobre qué se acepta como Heidelbergensis», añade Arsuaga.
«Hay tres congresos próximos: uno la semana que viene en Francia, otro en Burgos en septiembre y otro en Florencia. A mí lo que me gustaría es poner orden en la taxonomía general, y no exclusivamente en este yacimiento. Es decir, discutir toda la clasificación evolutiva empezando por qué consideramos Homo heidelbergensis».
El director científico del Museo de la Evolución Humana propone abrir un debate con toda la comunidad científica para esclarecer qué pertenece a qué:«Hay que intentar alcanzar un consenso. En la taxonomía hay tal proliferación de nombres que necesitamos clarificar un poco el panorama y elaborar una síntesis más o menos aceptada acerca de cómo nombramos todos los fósiles que existen y cómo se organiza la clasificación de los fósiles homínidos».
En ese sentido, los restos de la Sima de los Huesos podrían incluso llegar a pertenecer a una nueva especie. «Hay opiniones para todos los gustos. Hay quien está a favor de nombrarlos como nueva especie, quien cree que deben seguir llamándose Heidelbergensis y quien los consideraría neandertales. Con este estudio abrimos el debate. Nosotros preferimos ser cautos y esperar. Tiempo habrá de tomar esa decisión».