El nuevo mapa evolutivo de las diferentes especies que conforman la evolución humana en la actualidad se debate hoy martes, en la segunda jornada del XVII Congreso Mundial de Prehistoria y Protohistoria de la Unión Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas (UISPP), que se celebra en Burgos hasta el próximo 7 de septiembre.
La comunidad científica de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca es partidaria de iniciar una revisión de las especies que conforman el mapa de la evolución humana para incluir algunos enlaces nuevos, sumar especies o desterrar otras. Uno de los codirectores de las excavaciones de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, consideró el pasado mes de julio que es necesario examinar la taxonomía de las especies para “revisar especies con una definición muy pobre”.
El responsable del yacimiento de la Sima de los Huesos explicó que antes del verano “se abrió un debate en Francia bajo la premisa de que hay que revisarlo todo”. En este punto, el científico indicó que tras décadas en las que no se ha revisado la clasificación de las especies, es necesario “plantear una revisión completa de toda la evolución humana en el último millón de años”.
El científico sostuvo que la especie Homo heilderbergensis “está mal definida”, por lo que entiende que hay que “plantear la discusión”, para iniciar un debate en este Congreso en el que se reúnen los mejores científicos del mundo. En la misma línea, otro de los codirectores, José María Bermúdez de Castro, argumentó que en torno a la especie Heilderbergensis existe “un problema muy grave” porque “no se sabe de dónde salió” la mandibula que dio origen a esta especie europea.
“Existe una cronología de un nivel de 600.000 años pero nadie sabe si pudo salir de donde se piensa, porque aquello ocurrió en 1907”, añadió el responsable del yacimiento de Gran Dolina. De ahí que Bermúdez de Castro, al igual que Arsuaga, apuesten por una revisión de las especies.
Importancia de la genética. En este sentido, el vicesecretario científico del Congreso, Robert Sala, resaltó hoy que “la aplicación de la genética a la arqueología es una disciplina muy reciente” y que “existe una diferencia importante entre la genética y la expresión anatómica de la genética”. Así, confesó que “se ve a la genética con expectativa e ilusión” porque “se ve información nueva que no se ve en los fósiles”, dijo. Así, confió en que “dentro de unos años se tenga un mapa genético por completo”.
Por su parte, el profesor José Luis Lanata, quien ofrecerá mañana una conferencia magistral acerca de los flujos históricos de la población, defendió la importancia de que exista un debate al respecto porque ello significa “crecimiento académico”, afirmó. En esta línea, argumentó que “los árboles genealógicos muestran el estado actual de los restos que se tiene y, por otro lado, una concepción teórica de los mismos”.
“El debate es lo que nos hace crecer”, afirmó, y agregó que “el árbol genealógico nuevo que un grupo exponga podrá ser debatido y eso es crecimiento de la ciencia”. “El árbol va cambiando y tiene que ver con las novedades teóricas de cada equipo dentro de la teoría de la evolución humana”, concluyó.
Sesiones científicas. Las sesiones científicas del Congreso abordan a lo largo de la jornada la actualidad en la investigación en los principales yacimientos, empezando por Atapuerca. Según explicó Robert Sala, en el conjunto de sesiones que tratan de la primitiva colonización de Europa, también se podrán conocer los últimos descubrimientos sobre la ecología y la biocronología en la época de estas dispersiones. También se valorará la investigación de la dispersión de los humanos modernos tanto en Europa como en América.
A estas sesiones de contenido empírico las acompañan otras dedicadas a la aplicación de técnicas analíticas, como la que se dedica al estudio de la captación de recursos líticos para la fabricación de instrumentos o el uso de tecnología de 3D en arqueología. Otra sesión de tipo analítico versa sobre el uso de combustibles en la prehistoria.
Otras sesiones se dedican a la supervivencia y a la captación de recursos por parte de los humanos a lo largo de toda su evolución, y otra sobre la cultura de los sepulcros monumentales en la prehistoria final europea. También destacó la sesión dedicada a las sociedades no literarias. Es decir, explicó, “aquellas poblaciones que aún hoy viven en lo que técnicamente llamamos prehistoria porque no registran su cultura, su pensamiento y su expresión espiritual”.
Un último grupo de sesiones están relacionadas con la museografía y el tratamiento y puesta en valor del patrimonio, que incluyen política de museos, de protección del patrimonio y políticas de intercambio de experiencias y colaboración global, según subrayó Sala.