De niña, María Victoria Palacios había jugado y merendado sobre ella con otros niños de Gete. Ahora, sabe que esa roca donde ha pasado parte de su infancia es un santuario celta y que pertenece a finales de la época de la Edad de Bronce o a principios de la Edad del Hierro, lo que le sitúa entre el 1000 y el 750 antes de Cristo. Su curiosidad por este mágico lugar se ha despertado hace poco, mientras estudia Historia en la Uned. «Por una coincidencia pensé que podía ser algo importante y se lo comenté a un profesor», recuerda Palacios.
Fue cuando el arqueólogo y miembro de la Academia Fernán González, Ignacio Ruiz Vélez, le acompañó a ver el lugar y observaron en él una serie de elementos típicos que presentan este tipo de altares y que son estar sobre una roca, tener unas escaleras y acoger un lóculo o laciculo, o lo que es lo mismo, una cubeta donde se hacían los ritos sagrados por los celtas. Otra característica más es su orientación, hacia la salida y la puesta de sol en los equinoccios.
Todo ello ha conducido a afirmar que se trata de un altar rupestre, con más de dos mil setecientos años, aunque como otros ejemplares hallados en la península, ha podido tener un uso posterior, incluso hasta la época romana. Para poder conocer más datos sobre este lugar sagrado y para poderlo poner en contexto con otros descubrimientos de la zona, como unos grabados aparecidos en Carazo, se ha presentado en la Junta de Castilla y León un proyecto solicitando autorización para proceder a su excavación y limpieza.
Este altar celta se encuentra en la localidad de Gete, perteneciente al municipio de Pinilla de los Barruecos. Está en una finca pública, a la que se accede a través de fincas privadas, y se sitúa próximo al núcleo urbano de Gete. Actualmente está rodeados de árboles y maleza, por lo que para poder seguir investigando sobre él es necesaria una limpieza previa. La idea del equipo que está trabajando en este proyecto es poder llevar a cabo esas labores durante el próximo mes de agosto. Otra de las líneas que se investigará es si se trata de un santuario fronterizo.
Dos de los santuarios celtas más importantes que se encuentran en la península son el de la localidad portuguesa de Panoias y el de Ulaca, en Ávila. Ahora habrá que esperar a los estudios para conocer la relevancia de este gran hallazgo en Gete, que podría ser un atractivo turístico para la zona y podría revelar más datos sobre los pobladores que habitaron en ella hace casi tres mil años.