La Archidiócesis de Burgos será la principal proveedora de piezas a Eucharistia, la décimo novena edición de Las Edades del Hombre que se celebrará en la capital ribereña, y está previsto que aporte aproximadamente el veinte por ciento de las obras que se expongan en las iglesias de Santa María y San Juan Bautista entre los meses de mayo y noviembre. Aunque el equipo multidisciplinar de la Fundación aún está terminando de perfilar cuáles serán los fondos definitivos de esta muestra de arte sacro, su comisario, el sacerdote burgalés Juan Álvarez Quevedo, indicó que se calcula que la provincia contribuirá con alrededor de 25 trabajos a la exposición. «Burgos va a ser la que más piezas aporte. Aún no se sabe seguro, pero serán 20, 24, 25... Por ahí. Serán de los grandes centros, la Catedral, la Cartuja y de Las Huelgas también estamos pensando. Y luego, alguna parroquia», señaló el comisario, quien explicó que ya se están estableciendo contactos con los responsables de Patrimonio de las distintas diócesis para gestionar la cesión de sus obras.
Sin querer dar demasiados nombres, «ya que esto es un equipo y no me corresponde a mí adelantar», Álvarez Quevedo sí que avanzó que entre los fondos probablemente se encuentre la Última Cena, el relieve que perteneció a uno de los retablos de la iglesia de San Juan, y que, tras pasar por Santa María, en la actualidad se conserva en el Museo Sacro habilitado en el primero de estos templos. También habrá un lugar para Santo Tomás en la India, un óleo sobre tabla del siglo XV pintado por Alonso de Sedano y que pertenece a los fondos de la colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias.
La presencia ribereña se dejará notar también gracias a la inclusión de obras de José Vela Zanetti y de Carmelo de la Fuente, con las que además volverá a ponerse en evidencia que Las Edades del Hombre no restringe sus contenidos a épocas concretas, sino que da cabida a ejemplos de todas las épocas y estilos artísticos.
Los tres grandes centros religiosos de la capital burgalesa, la Catedral, la Cartuja y las Huelgas también tendrán cabida en Eucharistia, aunque en este caso no quiso pormenorizar de qué manera. Sí que adelantó, sin embargo, que su contribución incluirá varios cálices y custodias e, incluso, esbozó la posibilidad de incluir algún trabajo de Gil de Siloé.
Cuatro capítulos
Al margen de las piezas que compondrán la muestra, Álvarez Quevedo, quien viajó a Aranda para participar en el seminario para docentes sobre Eucharistia organizado para elaborar unidades didácticas, indicó que ya se han concretado los cuatro capítulos en los que se estructurará la exposición y los títulos, en latín, por los que se conocerán.
Panis Quotidianus será el primer apartado, que se centrará en la base humana de la eucaristía en torno a tres detalles, el pan, el vino y el ambiente festivo. «Todo eso supone siempre la alegría de la reunión de la comida», explicó. El segundo capítulo será Antoquum Documentum, que desgranará los signos del Antiguo Testamento con respecto a la eucaristía. En una primera parte se hará referencia a figuras y símbolos como Abel, Melquisedec, Abraham, el maná o la alianza del Sinaí para, en una segunda, referirse a estructuras convivales, como el Paso del Mar Rojo, el sacrificio y banquete del Sinaí o comidas de confraternidades de judíos. El recorrido en Santa María finalizará con Cena Novissima, espacio dedicado a la Última Cena propiamente dicha y en la que se podrán contemplar los gestos de Jesús que anuncian ya la eucaristía, su institución, propiamente dicha y por último, este concepto en la iglesia primitiva.
El cuarto capítulo, que se desarrollará en San Juan, pondrá el acento en las consecuencias de la eucaristía, desde la procesión del Corpus Christi, la celebración de la misa, el compromiso de caridad y su dimensión cósmica.