Las profesoras Ana Cienfuegos y María Álvarez todavía no han conseguido explicarse el porqué de la aceptación masiva de sus alumnos del instituto Pintor Luis Sáez, en Gamonal, a entrar en la red de jóvenes solidarios que promueve la oenegé Entreculturas. A finales de octubre les presentaron el proyecto y la respuesta les dejó con la boca abierta: 175 inscripciones, una cifra que los convierte en el centro de España que más voluntarios aporta al programa, cuyo objetivo es que el trabajo social entre iguales permita desarrollar un espíritu crítico así como valores y actitudes solidarias que redunden en progreso social.
«No sabemos el porqué. Una profesora que ya está jubilada coordinó el proyecto hace años y creemos que algunos lo recuerdan y han decidido reengancharse. Pero también puede deberse a que este instituto es muy dinámico y los chicos están muy acostumbrados a participar en proyectos independientes de la actividad académica», explica María Álvarez. Esta profesora de Lengua y Literatura recién llegada al Pintor conocía el programa de Entreculturas por su paso por el Félix Rodríguez de la Fuente. «Pero allí participaban 30. Y dentro de la red, el siguiente en número tiene 50 alumnos», relata Álvarez, matizando que el instituto de Lavaderos tiene casi mil alumnos y eso, como es lógico, influye en las cifras de participación.
Pero el interés por la propuesta de Entreculturas va mucho más allá de la cifra de inscritos y así lo han demostrado los jóvenes en la primera actividad organizada: una clase de zumba solidaria que se desarrollará este lunes y en la que los interesados en asistir no tenían que pagar entrada, sino que se les pidió que entregaran un juguete en buenas condiciones.
Pues bien, en poco más de una semana -y con exámenes- consiguieron reunir 925 juguetes. «A la clase se han apuntado 400 chicos, pero algunos han traído dos y otros muchos han aportado aunque no vayan a asistir. Estamos muy contentos», explicaba ayer el director, José Antonio Virumbrales, en la sala en la que ya estaban organizados los juegos para cargarlos y distribuirlos por las sedes de tres oenegés: Atalaya, Cáritas y Mensajeros de la Paz.
Raquel Ruiz y Jorge Berges, alumnos de 1º de Bachillerato, son dos de los miembros de la red en el instituto. Ella ya había hecho voluntariado antes, en un comedor en el que daba de comer a ancianos, pero para Berges la inscripción en el proyecto de Entreculturas es su primera incursión en el tema. «Está siendo una experiencia muy buena y la gente está respondiendo. Nunca pensamos recoger tantos juguetes en una semana», afirmó.
Tanto Berges como Ruiz destacan que el colectivo que más les interesa es el de los niños. «Digamos que por edad es lo que nos pilla más próximo y, como vemos lo que hemos tenido nosotros y las necesidades que hay ahora, creemos que podemos ayudar más ahí», explican a la par, convencidos de que la crisis económica ha obligado a la juventud en general a interesarse más por los temas sociales.
voluntariado externo. Todos los integrantes de la red matriculados en el Pintor Luis Sáez están entre 3º de la ESO y 2º de Bachillerato (entre 15 y 18 años), aunque en este último curso su involucración consiste en un voluntariado externo. Una toma de contacto con la realidad de la que también se irá haciendo partícipes al resto de alumnos que decidan permanecer en el proyecto de Entreculturas.
Para que el interés no decaiga, ya están organizando algunas actividades para 2016. En concreto, el día del bocata, que hasta ahora solo concernía a los alumnos de Religión y a partir de ahora será extensivo para todo el centro y una marcha reivindicativa contra la violencia de género que se hará coincidir con la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.