La Cofradía de Altamira ya dispone del local municipal donde abrirá un museo

R.L. / Miranda
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El espacio, que acogerá su valiosa colección de faroles, estará listo para Semana Santa y será un nuevo punto de reclamo turístico

Dicen que las cosas de palacio van despacio, algo que bien saben los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de Altamira, que han tenido que esperar casi un año para que el Ayuntamiento les ceda el local donde se va a habilitar el futuro Museo de Altamira.

La culpa, como ellos bien recalcan, no ha sido del Consistorio, sino de la burocracia y de los eternos trámites administrativos. Parar cerrar la cesión de la lonja, el Ayuntamiento necesitaba un papel del Ministerio de Justicia en el que se acreditara que este colectivo mirandés está inscrito como asociación religiosa. Ahí fue cuando empezó su periplo para conseguir el «dichoso papelito», como dice irónicamente su presidente, Benito Pobes. «Lo solicitamos en febrero y nos pidieron unos papeles, se los mandamos, y en agosto nos pidieron más documentación, incluso papeles que tuvimos que pedir al Obispado y a la Conferencia Episcopal». Un «lío tremendo de papeleo» que con mucha paciencia han ido solventando hasta que, al final, han tenido en su mano el documento del Ministerio de Justicia que acredita su registro como asociación religiosa.

«Llegó la semana pasada y corriendo fuimos a llevarlo al Ayuntamiento», añade Pobes. La tramitación ha sido «muy rápida» y ya les han confirmado la cesión del local acordado, una lonja situada  en la calle Real Aquende 28, esquina con plaza de España, donde hasta hace unos años se ubicaba la oficina de recaudación municipal.

El local está acondicionado, y la asociación solo tendrá que correr con los gastos de su mantenimiento, que confían que «no sean  elevados». La cesión se firmará en unas semanas y, a partir de entonces, se pondrán a trabajar para colocar los soportes de los faroles con vistas a que el museo abra las puertas en Semana Santa. «Sería  perfecto», admite Pobes. Además de la colección de faroles, se expondrán otros valiosos elementos de ámbito religioso, como el manto de terciopelo verde  de la Virgen de Altamira o la corona de plata. El museo, que se incluirá en el recorrido turístico por el Casco Histórico que hacen los guías del CIMA, se completará con fotografías y otro tipo de material «que enriquezca el museo y represente lo que es la Cofradía de Altamira».