La era de los drones ya está aquí. Amén de haber sido el regalo estrella de la Navidad, la actividad profesional de este sector ha pasado de contar con un único operador autorizado en Burgos por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) a seis desde junio del año pasado. A nivel nacional, los cerca de 60 operadores registrados en febrero de 2015 se han incrementado hasta los 959.
Los profesionales de los drones entienden que la Administración debe ya tomar cartas en el asunto y poner fin a la legislación transitoria vigente para promulgar una nueva regulación que les permita desarrollar su actividad sin estar atados de pies y manos. Porque, una vez que se de este primer paso, las empresas podrán desarrollar una especialización ahora en trámite y romper los límites impuestos por ley de un sector al alza a nivel mundial.
A88 y Synergy Drone son dos compañías burgalesas que centran su trabajo con drones en la realización de labores que van mucho más allá de la convencional grabación de vídeo y toma de fotografías tan de moda. Pero las restricciones legislativas y el desconocimiento, tanto de la sociedad como de las empresas, de las opciones que ofrecen los drones condicionan la expansión de sus proyectos.
Las ventajas son incontables. Desde la rapidez en la ejecución de labores técnicas, de inspección o de toma de datos para campos como la arquitectura, el mantenimiento o la agricultura, hasta el ahorro económico que supone contratar menos maquinaria, pasando, por supuesto, por el factor de la seguridad personal en lo que al acceso a zonas difíciles o de gran altura se refiere.
Pero para que la figura del operador de drones adquiera la relevancia que puede llegar a tener y encuentre su nicho de mercado, se precisa no solo una reforma de la norma que lo regula, sino también un entendimiento del laborioso proceso a recorrer hasta encontrar la solución adecuada a cada necesidad que se plantea.
Tanto A88 como Synergy Drone ponen a disposición de los clientes el desarrollo de equipos específicos, desde el diseño a la construcción del dron, para cumplir con el objetivo establecido. ¿Dónde pueden poner el horizonte del progreso de este sector? The sky is the limit.
A88 Ingeniería y Servicios Aéreos
«Esperamos que la ley permita actuar de modo profesional»
Cuando AESA autorizó a Raúl Sánchez y Andrés Menéndez , fundadores de A88, como operadores de drones en 2014, fueron el alta número 11 de una lista que hoy asciende a los 959. Estos pioneros consideran que el 2016 será el año del ‘boom’ del sector a nivel profesional, y aguardan con ansia la llegada de la nueva legislación que les «ampare y permita actuar profesionalmente», siempre «bajo condiciones de seguridad», subrayan.
A88 fabrica «drones singulares que aportan una solución singular», en base a la necesidad del cliente y cubriendo todas las fases del proceso. Diseñan, mecanizan, ensamblan y preparan los equipos a medida, con unas características específicas en función del trabajo que vayan a desarrollar. «El dron se diseña entero, no hay ninguna pieza que no esté pasada por el CAD», sintetiza Menéndez.
Desde A88 consideran que la actividad del sector supondrá «un revulsivo para la economía nacional» una vez entre en vigor la nueva regulación, aunque defienden le importancia de la cualificación de los operadores como herramienta esencial para el desarrollo de su actividad a todos los niveles.
«Se debe distinguir el entorno económico que se genera con el trabajo profesional y cualificado de expertos en sectores técnicos, que quieren aplicar los drones como herramienta para solucionar problemas», recalcan, una postura que fomenta su empresa.
Ahora, las empresas «no conocen las posibilidades» del uso de estos sistemas, apuntan como primera dificultad, a lo que se añade la necesidad de saber «valorar el trabajo que hay detrás» de cada aplicación que ofrecen los drones. El ahorro en seguridad, tiempo y dinero, sus grandes ventajas.
Synergy Drone
«El futuro se centrará en la Especialización de las empresas»
Synergy Drone es operador autorizado por AESA desde agosto de 2015, y lo conforman Diego Moreno, José Javier Martínez y José Luis Pérez. Se reparten el dominio de los diferentes campos que intervienen en su actividad y pueden presumir de haber diseñado y construido «uno de los drones más grandes de España» (en la imagen), completamente homologado, con el marcado CE, y a la venta por la económica cantidad de 9.500 euros. Además, ofertan la fabricación de equipos según la utilización para la que se destinen, realizando todas las fases del proceso.
La velocidad a la que se extienden los drones para uso recreativo o audiovisual ha hecho a Synergy Drone optar por las aplicaciones «tecnológicamente más interesantes», como son las de ingeniería. Aunque, como todas las empresas de este perfil, tiene reducido su campo de actividad a la espera de que se promulgue la nueva norma que modifique la situación y permita un desarrollo exponencial de este sector en crecimiento.
«En el mundo de la ingeniería, en el que debes tener un equipo que sepa de electrónica, de componentes, etc., que es más técnico, va a haber menos personas. Y en el momento que permitan volar sobre la ciudad se amplía mucho lo que puedes hacer con un equipo», observan.
Desde Synergy Drone consideran que se desconocen las aplicaciones del sector, pero también que éste está «verde», por lo que «el futuro se centrará en la especialización de las empresas, en los usos específicos», recalcan.