El arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, expresó hoy en Aranda de Duero (Burgos) su deseo de que la exposición de Las Edades del Hombre ‘Eucharistia’, que fue inaugurada por la infanta Elena de Borbón, sea “un estímulo de fe para los creyentes”, y agregó que “para todos, un deleite de valor artístico y una ocasión propicia para descubrir los valores culturales y religiosos de nuestra tierra”.
Un deseo que transmitió durante su breve intervención en el acto de inauguración a la hija mayor del rey Juan Carlos, así como a todos los visitantes que acudan a contemplar las 121 obras de arte sacro que se encuentran en las Iglesias de Santa María y San Juan hasta el próximo 10 de noviembre.
Gil Hellín destacó que la muestra es “un testimonio de la fe de las gentes de nuestra tierra y de quienes pusieron su buen hacer y excelencia al servicio de lo que en palabras del Concilio Vaticano II es la fuente de donde brota el ser y el actuar de la Iglesia y la cumbre a la que tiende toda la vida personal y comunitaria del pueblo cristiano”.
Asimismo, señaló que “la Ribera del Duero fue el curso fluvial que marcó la historia de España en tiempos pasados y es hoy en día espina dorsal de la nuestra Comunidad”. “Su centralidad geográfica hace que hoy se convierta en punto neurálgico de arte y cultura y se espera que dicha centralidad se acreciente en los próximos meses”, apostilló.
En su intervención, Gil Hellín también resaltó que los templos donde se presenta la exposición tienen “un hondo significado y una larga historia en esta ciudad”. Así, según relató, citando al cronista Ximeno, la iglesia de Santa María recibió el apoyo de la reina Isabel de Castilla La Católica.
“Cuando dicho cronista describe el viaje que realizó en el año 1492 asegura que aprovechó para visitar a su querida villa de Aranda y contemplar las obras de la iglesia de Santa María a cuya costa estaba llevando a cabo entregando muchas dádivas para que esta empresa llegase a feliz término poniendo interés en que la fachada fuese elegante y acabada. La presencia de los escudos de Felipe el Hermoso y su esposa doña Juana hacen pensar en una protección real permanente para este tempo”, argumentó. En la iglesia de San Juan, manifestó, llegó a celebrarse en 1473 el Concilio Provincial de Toledo convocado por el arzobispo de esta ciudad Alfonso Carrillo.
Finalmente, Gil Hellín resaltó que “el tema elegido se aviene muy bien con esta tierra de pan, vino y cordero”. “El pan y el vino son la materia con la que se confecciona el sacrosanto sacrificio de la misa y se prepara para los fieles la comunión del cuerpo y la sangre de Jesucristo”, expuso, y añadió que “el cordero es un símbolo que remite a la entrega de Jesús en la cruz por todos los hombres y está representado en multitud de sagrarios con la finalidad de que el pueblo creyente entienda el significado de dicha entrega”.