La Jefatura Provincial de Tráfico ha conseguido por fin incorporar un nuevo examinador a su plantilla después de meses solicitando a la DGT la cobertura de dicha plaza. El funcionario acaba de superar la fase de oposición y el lunes llegó a Burgos. Está previsto que en el mes de febrero, después de unos días acompañando a sus compañeros para observar cómo trabajan, comience ya con su tarea de puntuar la prueba práctica de los alumnos burgaleses.
Su llegada se produce en el mejor momento, ya que la Jefatura está tratando en estas semanas de retomar el ritmo en la convocatoria de exámenes anterior a la huelga que tuvo lugar entre los meses de septiembre y octubre de 2015, cuando hubo que cancelar casi 600 pruebas prácticas en toda la provincia. En estos momentos, según indica Miguel Martínez, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Burgos (Apab), Tráfico está poniendo fecha con «15 o 20 días» de retraso desde el momento en que el alumno pide cita». Según Leonardo Calvo, representante de Asextra (la asociación de examinadores), apenas hay demora ya. En todo caso, ambos coinciden en decir que el próximo mes «Tráfico ya estará al día», en buena medida gracias al aterrizaje del nuevo examinador.
Su presencia se notará sobre todo en el mes de verano, según vaticina Martínez. Y es que en invierno «se examina la mitad de alumnos que en los meses de julio, agosto y septiembre». En la época estival es cuando la Jefatura lo tiene más complicado para atender con prontitud las solicitudes para realizar la prueba práctica. Hay que recordar que en 2011 en Burgos había 8 examinadores y ahora, con el nuevo, hay cinco. Tres días llevan a cabo su trabajo en la capital, y los otros dos se reparten entre Aranda de Duero y Miranda de Ebro.
Leonardo Calvo, por su parte, considera que ahora mismo con cinco examinadores «la provincia está bien atendida». Es verdad que el número de funcionarios ha disminuido pero al mismo tiempo las matrículas en las autoescuelas, como consecuencia de la crisis económica, también han caído, reconoce el propio Miguel Martínez. Pero augura que cuando llegue el verano «los cinco examinadores serán insuficientes».
Raúl Galán, jefe provincial de Tráfico, admitía al principio de verano del año pasado que excepcionalmente se pueden producir demoras que «al final no son superiores a 10 días hábiles», salvo en el momento de la huelga, cuando el retraso llegó al mes y más tiempo. En todo caso el problema existía, porque solicitó a Madrid el refuerzo de un examinador, que la DGT acaba de cubrir.
Martínez advierte de que a medida que se salga de la crisis, «las matrículas irán en aumento y la plantilla de examinadores deberá estar dimensionada para realizar las pruebas». Por eso entiende que su plantilla ha de ir adecuándose a la que pueda ser necesaria en los próximos ejercicios.