Récord de la UBU en este curso con 80 alumnos con discapacidad

Ana Ramos / Burgos
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La cifra se ha duplicado con respecto al curso 2002-2003 yel 60 por cientoson hombres. Desde la Unidad de Apoyo a estos estudiantes se trabaja desde el año 2002 en hacerles más fácil su día a día

Natividad de Juan (2i.), charla con Joaquín, profesor de Lengua de Signos, en presencia de tres alumnas. - Foto: Luis López Araico

 
 
Las aulas de la Universidad de Burgos acogen cada año a más estudiantes con discapacidad. De hecho, este curso se ha logrando un récord al ser 80 los alumnos matriculados, cifra que ha ido aumentando de manera progresiva en los últimos cinco ejercicios. Así, en el curso 2010-11 había 55, en el 2011-12 se llegó a los 59, en el 2012-13 hubo 69 y el curso pasado se alcanzaron los 75. La diferencia es notable con respecto a los ejercicios 2001-02 cuando sólo había 36, según los datos facilitados desde la Unidad de Apoyo a Estudiantes con Discapacidad. 
De los 80 matriculados actualmente, 26 son alumnos nuevos este curso y 8 de ellos estudian un máster. Todos ellos están exentos de pagar matrícula, tal y como establece el artículo 18 del Decreto 28/2013, de 4 de julio, por el que se fijan los precios públicos por servicios académicos en estudios universitarios conducentes a la obtención de títulos de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional y por servicios complementarios en  las Universidades Públicas de Castilla y León para el curso académico 2013-2014. En concreto, dicho artículo establece que «está exento del pago de los precios públicos previstos en este decreto el estudiante que acredite, al formalizar la matrícula o solicitar el servicio, tener reconocido un grado de discapacidad igual o superior al 33 por 100 en los términos previstos en el artículo 1 de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad».
Natividad de Juan, responsable de la Unidad de Apoyo a Estudiantes con Discapacidad y trabajadora social, explica que desde que se puso en marcha este departamento en 2002 se han volcado en hacer más accesibles las instalaciones de la UBU a estos alumnos y facilitarles su día a día. Para ello, están coordinados con asociaciones como Aransbur o Autismo Burgos, a quienes agradece su labor. 
Así por ejemplo, se han ocupado de formar al profesorado en  las distintas discapacidades:personas que padecen sordera, con Trastorno por Déficit de Atención con  (TDH) o Síndrome de Asperger (SA), entre otras. Asimismo, apuestan por «sensibilizar» a las clases que cuentan con alguno de estos estudiantes, así como a sus profesores, y se han introducido productos de apoyo como equipos de FM (facilitan que el sonido llegue mejor eliminando interferencias y haciendo que la distancia entre los interlocutores sea menor), ordenadores con programas instalados según sus necesidades o grabadoras. Otras de las medidas adoptadas se basan en el apoyo de tipo personal a través de la asistencia de intérpretes de lengua de signos, voluntarios o  acompañantes, así como las mejoras introducidas en la accesibilidad física.
Por lo que respecta a las dificultades a las que tiene que hacer frente el profesorado que imparte clases a estos alumnos, De Juan explica que depende del tipo de discapacidad. En este sentido, destaca  en el caso de personas ciegas o con baja visión lo importante es que «los documentos de la plataforma, apuntes… estén en formato accesible para que el  lector de pantalla que suelen utilizar los ciegos   (JAWS) pueda leérselo. Por ejemplo un pdf si está diseñado como imagen no lo lee, en cambio si lo está como texto sí». Igualmente esta trabajadora social apunta que en estos casos es importante la anticipación de textos y bibliografía complementaria que se precisan para las prácticasy trabajos en grupo. «Aunque ha sido de gran ayuda el hecho de que todo esté colgado en  la plataforma virtual». 
Por otro lado, afirma que el tema de la accesibilidad en la información también es importante para los alumnos con discapacidad auditiva. «Por ejemplo, si se utilizan vídeos (o medios audiovisuales) en las clases y no están subtitulados, es un problema».
Finalmente, considera prioritaria la «adaptación de exámenes» porque, a veces, necesitan más tiempo. En algunos casos, pueden hacerlo en formatos distintos (oral) o utilizando medios alternativos (ordenador), que precisen dividir el examen en dos partes.
 
Marta Muñoz • Estudia 4º de Derecho
 
«Estoy muy agradecida a los tomadores de apuntes e intérpretes que tengo»
 
Nació sorda; su familia también lo es, por lo que en su caso -asegura- «se podría decir que es genético». En 2011 inició Derecho en la UBU. «Al principio fue un poco difícil, pero a día de hoy dispongo de intérpretes de lengua de signos que me interpretan todas las clases», destaca. Además, la Universidad también le ha facilitado el poder disponer de la figura del ‘tomador de apuntes’,  labor que realizan compañeros de clase. «Se agradece - mucho además- su trabajo en estos cuatro años de carrera», dice, al tiempo que subraya que todos estos recursos y apoyos personales les otorgan a las personas sordas «mucha autonomía». También muestra su satisfacción de poder contar con muy buenos amigos en la UBU. 
Además de estudiar, desde febrero,  realiza prácticas en Despachos Toledo, a quien agradece -junto a la UBU y Aransbur- las gestiones realizadas para que haya tenido esta oportunidad. Aeste respecto, añade que el disponer de intérpretes de lengua de signos en sus horas de prácticas, le aporta «autonomía y no dependencia, ya que me facilita el acceso al trabajo, a la información y a la comprensión y me permite poder trabajar en igualdad de condiciones que el resto de compañeros».  
En el futuro, le gustaría poder ejercer la abogacía. Asimismo, explica que «como el colectivo de las personas sordas o con deficiencia auditiva, al igual que otras personas del colectivo discapacitado sufren todavía discriminaciones», también le agradaría, si puede,  trabajar en ello.  «Supongo que teniendo familia sorda puedo notar cuáles son nuestras carencias y, por esta razón, podría ayudar a mejorar la calidad de vida y recursos de las futuras generaciones porque hay un largo camino por recorrer». 
Por último, lanza un mensaje:«Que no se nos olvide, lo primero que se recorta, lo primero que se reduce, y lo primero que se disminuye son las posibilidades del colectivo discapacitado de acceder, de ascender y de hacerse notar en la sociedad». Por eso, reclama que se les faciliten los recursos que necesitan para una mejor calidad de vida y una mayor autonomía. «Son gastos nece- sarios y no un capricho».

 

Rodrigo Angeleri • Alumno de 1º de Derecho

 

«Mi vida es más difícil pero estoy integrado y soy bastante independiente»

 

Sus padres decidieron cambiar Argentina por Burgos en 2006 para iniciar una nueva etapa, que para Rodrigo comenzó con 11 años. Los motivos de venir aquí fueron laborales y familiares (ya residían algunos parientes), pero también estaban ligados a su enfermedad, una minusvalía que le afecta sobre todo a la musculatura de las piernas y, por tanto, hace que le falte fuerza para poder caminar y le obliga a ir en silla de ruedas. «Sabíamos que en España había más adelantos», cuenta. Y la experiencia ha sido muy positiva, hasta el punto de que Rodrigo confiesa sentirse «un español más». 
Estudió en el Francisco de Vitoria y el IES Comuneros de Castilla y desde primero de Bachillerato ya tenía claro que quería hacer  Derecho. Por ello, este año comenzó sus estudios en la UBU. «Estoy muy contento y muy cómodo, me gusta mucho la carrera y además he aprobado todo», explica, satisfecho.
Su enfermedad, catalogada como rara, y el hecho de tener que ir en silla de ruedas obliga a que su clase esté adaptada a sus necesidades. «Aunque lógicamente mi vida es más difícil, me siento muy integrado y cómodo; soy bastante independiente», reconoce este joven, también avezado ajedrecista. «Al margen de la silla de ruedas, me siento uno más», añade este estudiante que dice haber hecho muchos amigos en la Universidad.
Aunque en general considera que las instalaciones responden bien a sus necesidades, Rodrigo cree que son necesarias algunas mejoras más a nivel de rampas y ascensores y le gustaría que el baño de Derecho que tiene más cercano también estuviera adaptado. «Hay uno, pero tengo que cruzar todo el patio», apunta este alumno al que le gustaría  dedicarse a la política (su referente es Franklin D. Roosevelt) o ejercer de abogado o juez. «Aunque aún me queda mucho camino por recorrer», matiza. A su lado, su madre le escucha orgullosa y destaca su tenacidad y capacidad de lucha. Además, ambos cuentan, esperanzados, que hoy día se están haciendo pruebas en Marsella con un medicamento que podría mejorar sus condiciones de vida.