Desde 1987 los médicos que trabajan en los servicios de urgencias de los hospitales españoles vienen reivindicando tener su propia especialidad pero, por unas razones u otras, ésta nunca llega. Dice Francisco Callado que se debe a las presiones que ante las autoridades sanitarias realizan sociedades científicas como la de Medicina Interna o Medicina de Familia, cuyos expertos tienen en las urgencias una buena salida laboral. Callado es urgenciólogo del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y presidente del comité organizador del XI Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias - Castilla y León, que se celebra los días 11 y 12 en las dependencias de la Universidad de Burgos.
«Como corresponde, una vez más, seremos la plataforma reivindicativa de la especialidad», recuerda Callado en la presentación del programa científico que 250 urgenciólogos de Castilla y León van a abordar durante esos dos días y que contará con 16 mesas redondas y 16 talleres, además de una exposición fotográfica y otra de material de transporte.
En la actualidad y debido a esa ausencia de especialidad, las urgencias de los hospitales se nutren de internistas, médicos de familia y aún de los antiguos médicos generales. ¿Qué diferencia a unos y a otros? Callado explica que los urgenciólogos atienden cualquier patología en un primer momento, que los internistas hacen «estudios programados» y que los de Familia se dedican más a la prevención, el seguimiento y el desarrollo de programas de salud.
¿GUERRA CON LOS INTERNISTAS?
No niega que siempre han estado ‘a la greña’ con los internistas «porque a ellos les han ido quitando partes interesantes de su especialidad y les ha quedado lo que les gusta menos» pero dice que en el HUBU la relación es cordial. Quizás la cuerda se tensó algo entre ambos servicios cuando la gerencia decidió que la unidad de corta estancia estuviera en Urgencias y no en Medicina Interna como se había previsto. Ahora, los resultados de esa unidad se van a presentar en el congreso «y parece que son buenos y que se ahorra dinero». El presidente del comité organizador dice que los urgenciólogos están acostumbrados a trabajar con menos tiempo y menos pruebas diagnósticas que los internistas: «Nosotros damos altas mañana, tarde y noche y los fines de semana. Si los internistas fueran capaces de hacerlo en menos de tres días no harían falta las unidades de corta estancia», añadió.
El lema del congreso es ‘La Urgencia se hace mayor’ y esta frase se corresponde con la realidad que están viviendo los servicios de Castilla y León: Hace ya 25 años que se estructuraron estas áreas tal y como se las conoce actualmente; han adquirido un peso muy importante en los hospitales, «hasta el punto de que son uno de los servicios de más calado» y atienden a una población que está muy envejecida.