Sin escudo ni bandera

C. Berges / Burgos
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La Sociedad Española de Vexilología estima que 400 entidades locales de las más de 1.000 que se encuentran en la provincia de Burgos no tienen estos emblemas locales todavía

A todos nos invade una especie de ‘orgullo local’ en cuanto hablamos de nuestro pueblo. Es muy común ver pegatinas de escudos o banderas propios de dichas entidades locales a las que por unos motivos u otros estamos unidos.  

Estos emblemas que a menudo relacionamos con hechos históricos, pueden haberse creado en tiempos remotos o, por el contrario, este mismo año. Así, el presidente de la Sociedad Española de Vexilología, Jorge Hurtado, afirma que «es muy difícil determinar aquellos núcleos que no los poseen, pero estimamos que son alrededor de unos 400 de los más de 1.000 que hay en la provincia». Estos datos son los que se manejan desde el año 2010, y cree que «no han sido muchos más los que se han animado; notamos una disminución en las aportaciones cada vez mayor».

Esta agrupación se encarga de asesorar a las distintas entidades  que lo solicitan para conseguir una simbología acorde al solicitante en cuestión. En Burgos, algunos como Riocerezo quieren que les ayuden con el diseño de un escudo y una bandera. Pino de Bureba pidió comprobar si su heráldica era acorde a su historia. Padroluengo también se suma a la lista debido a una consulta que el Consistorio realizó a esta Sociedad, buscando consejo para mejorar los símbolos que forman su heráldica.

Hay casos excepcionales como el de Huermeces, que desde el año 1998 posee sus propios emblemas pero, ahora, buscan una nueva propuesta pues «no les termina de convencer». Aun con ello, los hay que buscan algo más y es que los vecinos de Fresno de Río Tirón no están contentos con el informe realizado por los vexilólogos, por lo que han vuelto a diseñar uno por su cuenta para que esta sociedad sin ánimo de lucro la revise.

«No cobramos por el informe, somos una Sociedad a la que nos gusta este tema pero no nos lucramos de ello, lo hacemos porque queremos; normalmente la gente se deja asesorar por nosotros pero si es cierto que de primeras la mayoría viene con muchas cosas para poner y eso no es posible porque si recargas mucho un escudo, pierde mucho visualmente. Por eso, elegimos los elementos que creemos que más caracterizan al pueblo », relata Hurtado.

 La historia o la geografía son dos elementos muy recurridos, aunque «también usamos los anagramas; utilizamos distintos elementos para que se pueda descubrir el nombre del pueblo a través del emblema, el más famoso es el de Castilla y León, su heráldica se basa en esos dos elementos», cuenta el presidente.

Provincia pionera

La Diputación de Burgos fue la primera en ayudar a las entidades locales de la provincia a financiar los posibles costes que supone la confección de dicha simbología. «No se como se accedía a esta ayuda pero fue innovador», explica Hurtado.

Además, también se editó un libro en el año 2011 en el que se recogen 172 símbolos de la provincia. Se realizó junto con al Sociedad Española de Vexilología y describe los escudos y banderas de todas las entidades locales que quisieron participar en ellos. Gracias al archivo de la Agrupación y a la participación de los distintos consistorios, han quedado recogidas algunas representaciones de las entidades locales de Burgos.

Escudo equivocado

A la hora de hacer estas identidades de las distintas entidades hay que tener varios factores en cuenta, como que la heráldica sí que tiene que seguir unas normas en concreto relacionadas con la historia, mientras que la vexilología -o estudio de las banderas- no tiene unas normas a seguir.

El presidente ha visto propuestas de todo tipo: serias, estrafalarias o, simplemente, recargadas. Como anécdota, Hurtado relata que «una vez  los vecinos de un pueblo nos presentó un escudo de piedra que creían que era de su pueblo; cuando lo vimos enseguida lo identificamos y es que era uno de los antiguos escudos que tuvo España antes del actual».