«El Chavismo es una dictadura encubierta»

R. Pérez Barredo / Burgos
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Rodrigo Conde • Profesor de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela

Rodrigo Conde, en el campus de la Universidad Simón Bolívar.

Nació en Llano de Bureba, adonde regresa siempre en vacaciones «para reencontrarme con mis raíces y desconectarme un poco del estrés político paranoico que llevamos viviendo en Venezuela», país en el que reside desde hace 33 años. Rodrigo Conde hizo sus estudios universitarios en Madrid y en la Facultad de Teología de Burgos y los culminó en el país Latinoamericano. Perteneció durante un tiempo a los padres paúles y trabajó en la Conferencia Episcopal de Venezuela dando clases de historia en el Seminario Mayor de Caracas. Tras una estancia de dos años en Roma en la Universidad Gregoriana, concluyó su doctorado en historia en la Universidad Católica de Caracas, donde dio clases. Desde hace 17 años trabaja en la Universidad Simón Bolívar, donde es profesor titular en el Departamento de Ciencias Sociales al tiempo que coordina el Instituto de Investigaciones Históricas ‘Bolivarium’ y una Especialización en Opinión Pública y Comunicación Política.

La Universidad Simón Bolívar es pública pero «profundamente antichavista, como la gran mayoría de las públicas. Actualmente estamos en una crisis profunda y nuestros estudiantes están implicados en una lucha frontal contra las políticas del gobierno. Ya hemos perdido tres meses de clases y el futuro es incierto para lo que queda del curso». Asegura este profesor burgalés que la situación política es compleja y que resulta difícil, para los parámetros europeos, explicarla. Lo hace magníficamente en esta entrevista, mientras el país en el que vive comienza a desangrarse.

Venezuela parece en permanente estado de nervios. ¿Está al borde de algo?

Estamos así desde que Chávez llegó al poder, hace 15 años, en una permanente tensión política, pero las cosas se han acrecentado de un año para acá. La gente pensaba que con Nicolás Maduro se iban a producir cambios, se iban a rectificar políticas erradas, pero ha seguido con la misma política divisionista de la sociedad y con medidas económicas eminentemente populistas, pero a largo plazo ruinosas para el país. La gente tiene la percepción de que vamos ‘a peor’, y las encuestas últimas así lo reflejan. Así, la elaborada hace un mes por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos, IVAD, revela que el presidente, Nicolás Maduro, tiene una percepción negativa del 56% de la población, el 58% considera que lleva al país por un mal camino y el 65% asegura que él no podrá resolver la crisis. El estudio, sobre una muestra de 1.200 entrevistados, demuestra que el chavismo perdió 8% como bloque político en relación con octubre de 2013, pues en la actualidad el 33% de los encuestados dice ser oficialista, el 37% de la oposición y los independientes abarcan el 27%. Hoy hay coincidencias interesantes y tanto chavistas como opositores culpan a Maduro de sus dificultades. La mala gestión económica de Chávez, y la pésima de Maduro son padecidas por chavistas y opositores por igual. Nunca en estos años de despilfarro ha habido estas coincidencias y son evidencias claras de que el gobierno está en serias dificultades. Tiene poco espacio para maniobrar porque hasta sus seguidores tienen una evaluación negativa de su gestión.

 

¿Está agotado ese modelo socialista chavista?

Completamente agotado. El problema de fondo es el económico por lo que la actual situación de inflación, desabastecimiento y devaluación hacen que más del 80% del país estime que la situación del país es mala o muy mala.  Ha habido últimamente un alza escandalosa de precios por haberlos represado 15 años; hay escasez y desabastecimiento de más del 60%, por lo que el apego  emocional al líder, a Chávez, que ya no está por más que insistan en que está vivo, está desapareciendo.

¿Hay peligro real de golpe de estado, de revolución popular, de guerra civil?

En política es muy difícil predecir lo que va a pasar. Sin embargo llevamos dos meses en que en ciudades como Caracas, San Cristóbal, Mérida se están produciendo constantes manifestaciones, especialmente por parte de los estudiantes. Muchos de estos estudiantes eran niños cuando Chávez empezó a gobernar, y no han conocido otro sistema de gobierno. Están profundamente desencantados y saben que con las políticas económicas que intenta implantar el sistema, les espera un futuro poco promisorio. Muchos de ellos piensan que su futuro está fuera del país. Para algunos analistas políticos estamos en el comienzo de una guerra civil de baja intensidad. Yo creo que tanto el Gobierno como la oposición tienen que sentarse a dialogar, esa es la solución a los problemas. Y eso es lo que han empezado a hacer. Lo que pasa que por la visión militarista que tiene Maduro y su Gobierno,  el diálogo no está dentro de sus parámetros.

 

¿El chavismo es una dictadura encubierta?

Sí, creo que sí. Está dentro de lo que hoy se consideran como dictaduras o autocracias electoralistas. Tal es el caso de Zimbabwe, Rusia, Bielorrusia y Hungría, entre otras. Estas autocracias representan el tipo de régimen más difundido en los países en vías de desarrollo. Para controlar los resultados electorales, estos regímenes emplean diversos medios como la violación de derechos humanos, la restricción de la libertad de expresión, el debilitamiento del Parlamento y el descarado ventajismo electoral.

 

No hay democracia, entonces.

Estos autoritarismos no son democracias, aunque permitan el juego multipartidista en elecciones regulares para la designación de los cargos ejecutivos y legislativos. Multiplican las elecciones y las convierten en instrumentos a favor del régimen autoritario en lugar de instrumentos para la democracia. Así pues no hay que asombrarse que todavía desde España se crea que en Venezuela hay una democracia porque se realizan elecciones; también las hay hoy en día en Cuba como también las hubo en el nacional socialismo de la Alemania de Hitler. En suma, para los chavistas, dentro de la revolución todo, incluso el desconocimiento de la Constitución; fuera de ella, nada. Pero tenemos elecciones, y eso les basta a diversos intelectuales y líderes europeos  y a los cancilleres latinoamericanos quienes llegan a Caracas y no tienen que padecer el día a día  de dicha revolución.

¿Chávez se hizo su una democracia a su medida?

Chávez fue un evidente modelo de este tipo de autocracia.  Una vez en el poder, utilizó todos los recursos del cargo para mantenerse en él; celebró multitud de elecciones formalmente libres, pero mediatizadas por la utilización descarada de las ventajas que le otorga el Estado: manejo y control de los medios de comunicación, acceso a recursos económicos abundantes, intimidación de los opositores e incluso el recurso al pucherazo. Chávez ganó todas las lecciones menos una basándose en estos métodos y también, todo hay que decirlo, en una popularidad indiscutible, debida a sus dones histriónicos personales y a unas políticas populistas redistributivas que fueron posibles en una época de subida espectacular de los precios del petróleo.

¿Cuál es el perfil de Maduro, su verdadero rostro?

Maduro conoció a Chávez en 1992, y desde ahí mantuvo una estrecha amistad con él. Es  un político con una formación muy deficiente. Fue conductor del metro de Caracas y sindicalista de esta empresa. Hay algunos períodos oscuros en su juventud. Se sabe que perteneció años antes a la Liga Socialista y vivió un año en Cuba formándose la Escuela de Formación Política con otros jóvenes dirigentes latinoamericanos. Se desarrolló de adulto a la sombra de Chávez todo el tiempo. No se sabe dónde nació, y no han presentado su partida de nacimiento, ya que se cree que nació en Colombia, por lo que constitucionalmente no podría ser presidente. Apenas tiene el bachillerato, y son famosas sus meteduras de pata cuando habla por televisión. Ahora bien, el haber estado como canciller varios años y luego como vicepresidente le ha dado todo un bagaje para gobernar el país; no obstante como digo sus deficiencias como gobernante son muy evidentes. Es presidente porque fue señalado explícitamente por Chávez como su sucesor, justamente antes de irse a operar por última vez a Cuba, y de cuya operación no pudo recuperarse.

¿Es un iluminado o estamos ante un político de recorrido?

Yo creo que un poco de las dos cosas. Tiene una cierta experiencia, pero al mismo tiempo está convencido de la llamada doctrina del ‘socialismo del siglo XXI’. Al mismo tiempo creo que fue no sólo escogido por Chávez, sino por Castro, como el mejor garante para poder controlar desde la isla a Venezuela. Sin embargo intenta parecerse en todo a Chávez, incluso en su lenguaje y en sus gestos, pero evidentemente no muestra muchas cualidades escénicas, por lo que da lugar a que con frecuencia sus intervenciones rayen en lo ridículo.

¿Cómo de importante es la influencia cubana en la política de Venezuela y de qué manera afecta al país el que esto sea así?

 El régimen chavista es hoy rechazado en Venezuela por una alianza formada mayoritariamente por clases medias y populares y dirigida por hombres y mujeres de convicción socialdemócrata, socialcristiana o liberal. Se diferencia del totalitarismo peronista por su empeño por ser considerado ‘socialista’ y en identificarse con  otro totalitarismo, como es el estalinista castrista, de origen y filosofía distintos pero de conducta similar. Sin embargo, la inspiración original de los conspiradores encabezados por Hugo Chávez fue de corte fascista con los conceptos del militarismo autoritario, de la tríada líder-ejército-pueblo,  la influencia de los ‘carapintadas’ argentinos y las ideas neonazis de Ceresole. La influencia del  castrismo vino después y se ha reflejado en la realidad de un régimen al servicio de los intereses de una plutocracia civil y militar, corrupta y  que se está enriqueciendo escandalosamente a ojos vista y a expensas del Estado. Esta es una realidad evidente que se suma a las prácticas de una represión brutal y letal. Nadie podía prever que tras la caída del Muro de Berlín, la influencia política e ideológica de Fidel Castro se aposentase en algún país. Ya desde 1959 Castro había puesto su ojo en el petróleo venezolano, e hizo intentos en los 60 de entrar en Venezuela, pero fracasó estrepitosamente. Sin embargo, ya antes de tomar el poder Chávez, fue hechizado por el hechicero. Chávez sintió una admiración sublime por Castro, siempre lo vio como un padre, y tras el intento de golpe de Estado de 2002  la alianza se hizo más evidente. Venezuela, con su petróleo,  ayudó a sobrevivir a Cuba y ésta, con su experiencia política y policial, se hizo con los hilos del poder en Venezuela. Chávez quiso ser el heredero de Castro, sin embargo la muerte se cruzó en el camino y se lo impidió.

Pero Cuba sigue en Venezuela; y viceversa.

Aproximadamente 210.000 cubanos han pasado por Venezuela hasta 2012 en el marco de la alianza que Hugo Chávez estableció con Cuba mediante convenios que han permitido a los cubanos intervenir en los diversos planes y misiones que lleva adelante el Gobierno bolivariano en distintas áreas, desde la salud hasta las referidas a inteligencia y seguridad de la Nación. Es a partir de 2007 que se producen los cambios políticos más radicales dentro de la FAN y la alianza militar con Cuba. Ese año se oficializa el lema dentro de la institución militar típicamente cubano de: ‘Patria, socialismo o muerte’ y que hace poco dejó de usarse.  Entre los años 2004 y 2007, y a raíz del lanzamiento de las misiones, la presencia de cubanos en Venezuela aumentó de manera significativa. El mismo Chávez anunció en el año 2007 que 20.000 cubanos estaban trabajando en el área de salud. Ese mismo año las autoridades reconocieron que 4 mil de ellos habían desertado.

En unas elecciones presidenciales, ¿está garantizada la limpieza de los resultados?

En Venezuela tenemos un sistema muy moderno de escrutinio electoral; sin embargo la gente no se fía de él. La mayoría de los miembros del Consejo Nacional Electoral han sido chavistas y muchas veces han hecho oídos sordos a los reclamos evidentes de la oposición. Sin embargo el problema no es la limpieza de los resultados, sino las ventajas conque juega el Gobierno antes de las elecciones; es decir lo que llamamos la campaña electoral. Se ha visto descaradamente cómo todos los recursos del Estado están puestos a favor del Gobierno. Eso es jugar con las cartas marcadas. Yo prefiero que el acto de votación sea con una papeleta, y no a través de una lectora digital, como ocurre en los países desarrollados. La gente no se fía porque considera que los datos pueden ser alterados digitalmente. Y cuando no hay confianza, el sistema no sirve.

(Continúa mañana)