José María Núñez García, de 52 años y natural de Regumiel de la Sierra, vivía en Burgos y trabajaba de encargado en la empresa Maderas Pablo Arroyo de Vilviestre del Pinar. Este ingeniero, casado y con dos hijos, cada día recorría los 80 kilómetros que separan la capital de la localidad serrana, pero ayer el infortunio y un grupo de ciervos se cruzaron en su camino segándole la vida de forma violenta y muy rápida.
Todavía no eran las ocho de la mañana cuando en el punto kilométrico 3 de la CL-117, una recta entre Salas de los Infantes y Castrillo de la Reina, se encontraron con poca visibilidad el vehículo que conducía el fallecido, la furgoneta de un carnicero de Quintanar de la Sierra que iba hacia Burgos, y un grupo de tres o cuatro animales.
El conductor de la furgoneta se dio cuenta de la presencia de los animales en la vía, frenó y esquivó a varios de ellos; a todos menos a uno, con el que impactó, con la fatal suerte que lo desplazó contra el coche que conducía la víctima mortal y que venía frente a él.
Tan brutal y directo fue el ‘ataque’ que el cérvido y su cornamenta entraron por la luna delantera, atravesaron el coche y salieron por el cristal trasero.
Lógicamente, José María Núñez perdió el control de su automóvil, que tras desplazarse más de 70 metros por las tierras, quedó parado y ensangrentado muy próximo a las vías del antiguo tren Santander-Mediterráneo. Murió al instante.
Otro accidente más. Tras el impacto contra el rumiante, el conductor de la furgoneta señalizó debidamente el lugar con los triángulos y las luces de emergencia, y buscó, junto a otras personas que habían parado para socorrer, al vehículo que se había salido de la calzada. Cuando comprobaron que nada se podía hacer por el conductor del automóvil, regresaron a la carretera, viendo con incredulidad cómo un coche pequeño y blanco, que circulaba sin luces en dirección a Salas de los Infantes, impactaba contra la parte trasera de la furgoneta.
Lo conducía F.S.B., de 78 años y natural de Castrillo de la Reina, que fue atendido por los facultativos del Sacyl en el lugar del accidente y posteriormente evacuado al Complejo Asistencial de Burgos en helicóptero.
La muerte del ingeniero causó una gran conmoción en toda la comarca, por ser él natural de la zona, por la violencia del impacto y por la implicación de un ciervo como causante directo del siniestro.
Cazadores, vecinos y profesionales que se mueven por la Sierra apuntan que cada día son más los animales que cruzan las carreteras. Algunas voces piden que se eliminen más para mantener los equilibrios cinegéticos y reducir los riesgos sobre el asfalto.