Los días grises y las tímidas gotas que en las últimas semanas se han dejado caer sobre la provincia de Burgos no han compensado aún, ni de lejos, un déficit hídrico que se prolonga desde el pasado invierno y que mantiene a los pantanos que abastecen a la capital burgalesa en niveles llamativamente bajos.
Tanto que el volumen actual embalsado entre los de Arlanzón y Úzquiza, que esta semana suma 37,1 hectómetros cúbicos, no se veía desde los 34,5 registrados en el mes de octubre del año 2002. Diez años han tenido que pasar para que se repita una situación que podría llegar a ser preocupante de cara al ejercicio 2013, aunque por fortuna llega a las puertas del invierno y la primavera, tradicionalmente las épocas con más precipitaciones.
El año pasado, sin embargo, no nevó en abundancia y las montañas no pudieron hacer acopio del líquido congelado que tan bien se reparte posteriormente con el deshielo. Tampoco la primavera fue generosa, y mucho menos un verano que ha vuelto a ser cálido y seco, como ha ocurrido con varios más en los últimos tiempos.
La consecuencia es que el embalse de Arlanzón, el situado en la cabecera del río y con menor capacidad, se encuentra con 11,3 hectómetros embalsados, prácticamente al 50% de su capacidad máxima de 22. Y mucho peor está Úzquiza, donde solo se almacenan 25,8 de los 75 que podría llegar a acumular (está al 34% de su potencial)
De hecho, este último embalse, inaugurado en 1988 y que permitió acabar con el fantasma de los cortes de suministro en la ciudad, no había estado por debajo de su nivel actual desde diciembre de 1996, hace ya 16 años, cuando bajaba hasta los 21,8 hectómetros. Y solo se quedó a un nivel similar en el otoño de 2002, cuando marcó un mínimo de 26,3.
Hacía cuatro años que Úzquiza no bajaba del 50% de agua embalsada respecto a su capacidad y 6 que no caía por debajo del 40%. La necesidad de mantener un caudal ecológico para el río Arlanzón obliga a mantener un mínimo de apertura en la presa, pero lo que suelta y ha soltado en los últimos meses todavía no ha sido compensado con las precipitaciones.
En lo que va de mes de noviembre la capital burgalesa ha recogido alrededor de 15 litros por metro cuadrado, algo más en la zona de Úzquiza y alrededor de 20 en Arlanzón. En octubre, pese a caer más de 50 litros en el conjunto del mes, las precipitaciones no fueron más abundantes de lo que podría considerarse normal para esta zona y esta época del año, por lo que no han sido suficientes para paliar la sed de las tierras que vierten a los pantanos.
sin previsión a corto plazo. Además, la previsión meteorológica para los próximos días tampoco invita a ser optimistas respecto a la recuperación de los pantanos. Las jornadas que se avecinan a corto plazo serán secas en el entorno de la capital o como mucho con chubascos ocasionales, y al menos hasta final de mes no se esperan episodios de precipitaciones generalizadas.