En estas jornadas se suceden en buena parte de las administraciones postales las emisiones que de una u otra manera recuerdan las ya cercanas celebraciones de la Navidad. Los sellos de Navidad constituyen la temática coleccionista que suma más seguidores. Por décadas sus valores circulan en el tráfico de cartas originados en las vísperas de este gran tiempo. Hay países como Dinamarca, donde éstos se venden únicamente en la temporada navideña.
Desde el 6 de noviembre de 2013 España incorpora dos nuevos efectos a la larga lista de apariciones de la serie ‘Navidad’ que se iniciara de manera regular en 1955. El cuadro de la Virgen de la Leche, del pintor Alonso Cano y una imagen del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, forman la emisión de este año con un facial de la tarifa A y B, respectivamente impresos en papel autoadhesivo y con una tirada ilimitada.
Estos efectos que llegan a los más recónditos rincones del planeta hacen posible que la tradición de intercambio epistolar no se pierda aunque España figure un año más en la corta lista de países que apuestan por reflejar la conmemoración en sellos ‘pegatina’. Otros la gran mayoría, lo hacen en los más refinados modos de impresión. El cuadro pintado por Alonso Cano (Granada 1601-1667) hacia 1659, es un bello conjunto artístico, una de sus obras maestras. El lienzo se contempla en el Museo de Guadalajara.
‘Feliz Año’ es el mensaje recogido en otro sello de la serie donde doce uvas rodean la figura del reloj de la Puerta del Sol, de Madrid. La costumbre de finales del siglo XIX de tomar uvas al son de sus campanadas se mantiene hasta nuestros días. Tradición que se popularizó en los países de hispanoamérica como parte de nuestra herencia si bien se cambió el fruto a disfrutar en algunos casos por pasas, por ejemplo.