Prepararse para no perder los nervios

B.G.R. / Burgos
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La consultora Laura González da pautas a los universitarios y titulados para enfrentarse con éxito a una entrevista de trabajo

La entrevista de trabajo es un momento «clave» en un proceso de selección. Dada su importancia, los nervios suelen ser inevitables. Para evitar que jueguen malas pasadas y que el miedo escénico se apodere del candidato, nada mejor que prepararse previamente para afrontar con éxito ese momento. Los pasos a seguir los detalla Laura González, avalados por su experiencia en la empresa de recursos humanos ASE RH Consultores, y consisten en recabar toda la información posible sobre la empresa y anticiparse a las posibles preguntas que el entrevistador vaya a formular.

González habla de ensayar la entrevista en casa, con familiares, amigos o delante de un espejo. También subraya la importancia de informarse sobre la empresa, de bucear en su página web o de hablar con un conocido que trabaje en ella. No se olvida de la figura del entrevistador, al que se puede conocer, por ejemplo, a través de su perfil profesional en la red LinkedIn, para saber qué posición ocupa en la compañía: «Hay que prepararse y tratar de evitar ese miedo, ese nerviosismo, intentando que estas sensaciones negativas no lleguen a paralizarnos».

Porque muchos de los errores que se cometen vienen dados por el miedo. «Cuántas veces un candidato te ha parecido bueno por su currículo y llega tan nervioso que responde de manera dubitativa y con inseguridad, haciendo que quede descartado», precisa, no sin advertir de que la mentira también suele ser un fallo que «se detecta con mucha facilidad».

Toda la información que se tenga de antemano hace al candidato estar una situación de ventaja y no de desventaja al acudir a la entrevista. Al igual que ocurre cuando se preparan las respuestas a las posibles preguntas. Reconoce que resulta imposible conocer con exactitud las cuestiones que interesan al entrevistador, ya que dependen también del tipo de empleo al que se quiera acceder, pero asegura que existen listados típicos que pueden ayudar. «Pueden ser abiertas, del tipo hábleme de usted o cuénteme cuál es su objetivo profesional, o más concretas, referentes a aspectos del propio currículo», manifiesta.

Espacios en blanco

Y es que, según esta experta, la carta de presentación laboral puede incluir «espacios en blanco» o periodos de tiempo que «puede que no se hayan aprovechado bien». Ante estas situaciones, recomienda al aspirante contestar «de la manera más positiva posible para neutralizar la negatividad de ese aspecto». «Un consejo básico es ser uno mismo, ser sincero. La mentira está prohibida», subraya, para después incidir en la importancia de mostrar una actitud positiva, optimista y de predisposición.

González impartió ayer un taller práctico con todas estas recomendaciones a universitarios y titulados. Lo hizo dentro de la primera jornada de la Semana del Empleo de la UBU, que se prolongará hasta el día 21 de este mes.