Alemania es la primera potencia de la eurozona. No cabe lugar a dudas. Y, por si quedaba algún resquicio, quedó demostrado esta semana, cuando la economía germana fue la única en desafiar la crisis que atenaza a gran parte de los 17 países de la moneda única con un crecimiento en el segundo trimestre del año mejor de lo esperado. Mientras tanto, ocho naciones están en recesión y Francia se encuentra estancada.

Tras un comienzo de año inesperadamente robusto, las finanzas germanas perdieron dinámica en el segundo trimestre del año para crecer un 0,3% respecto a los primeros tres meses.

El incremento fue, sin embargo, mayor de lo esperado por los analistas, que auguraban un aumento del 0,2%. En el primer trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) del país germano había aumentado un 0,5%.

Los principales impulsos provinieron del comercio exterior y el consumo interno, que compensaron una caída en las inversiones sectores claves como el de maquinaria, según indicaron desde la agencia de estadísticas europea Eurostat.

Las exportaciones, en especial a países fuera de la eurozona, se incrementaron a un mayor ritmo que las importaciones, mientras que el consumo interno se ubicó por encima del nivel del primer trimestre del año. «El mercado laboral fuerte de Alemania, combinado con tasas de inflación más baja, han apuntalado el consumo interno», analizó Christian Schulz, economista del Berenberg-Bank.

«Los últimos datos del PIB son notables por no decir impresionantes», valoró Andreas Rees, economista jefe del banco italiano UniCredit. «Una vez más, la economía germana ha conseguido un rendimiento muy superior a las restantes de la eurozona».

En la comparación interanual, el indicador se incrementó un 0,5% debido a que este año hubo un día laborable menos. Sin tener en cuenta este factor, la subida hubiera sido de 1,0%.

De este modo, Alemania se situó en el segundo trimestre del año mejor que el resto de las economías de la zona euro, lo que para Rees se trata de un «desarrollo impresionante». «De nuevo ha logrado evitar la tendencia negativa en la Eurozona y tener un resultado mejor que el resto de países», indicó.

No obstante, el leve crecimiento de la mayor economía continental no es suficiente para evitar que la Eurozona caiga en recesión. Los economistas empiezan a alertar de que Berlín no puede mantener a flote a todos los barcos tras el estancamiento de Francia y las malas perspectivas económicas del grupo, donde al menos ocho países están en recesión.

El crecimiento en el país en el segundo trimestre de 2012 se estancó con respecto al año anterior debido al descenso del consumo en los hogares y el empeoramiento de su balanza comercial, donde las exportaciones subieron un 0,2%, mientras las importaciones crecieron un 1,8%.

Mientras, el conjunto de la economía de la zona euro se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre del año, lastrada principalmente por Portugal, Grecia, Chipre, Italia y España.