Cada vez son menos y los que se quedan cada vez lo tienen más difícil para abandonar el hogar paterno e independizarse. Esa es una de las conclusiones que se pueden extraer de los datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España que apuntan a que en la provincia de Burgos existen ahora 2.634 jóvenes menos que viven por cuenta ajena que los que lo hacían en 2007.
El paro juvenil, con una tasa que supera el 50%, el saldo migratorio negativo (se marchan más de los que llegan) y la disminución de la población de entre 16 y 29 años son las tres razones que apunta el sociólogo Joffre López, uno de los coautores del estudio, para explicar esta involución que ha provocado que de los 50.525 jóvenes comprendidos en esa edad, 39.511 vivan con sus padres y 11.014 hayan echado a volar. Una cifra que contrasta con los 13.648 que en esa misma época de su vida estaban independizados en el año 2007.
Si bien la tasa de emancipación ha bajado del 22,7% al 21,8% en este tiempo, el sociólogo considera que los jóvenes de Burgos se independizan, de media, más que los del resto de la región ya que en Castilla y León los índices se mueven en el 18,7%.
Pero si algo ha llamado la atención al autor del estudio ha sido comprobar que en el caso de Burgos se observa que ya en los años 2009, 2010 y 2011 «había un saldo migratorio hacia el exterior negativo, lo cual no ocurrió ni en España ni en Castilla y León». En ese periodo, según detalla, «se fueron del país unas 3.500 personas».
Este detalle se puede interpretar como que ya en esas fechas los jóvenes burgaleses, conscientes de las pocas oportunidades que ofrecía el mercado laboral local, se lanzaron a la aventura de buscarse la vida fuera de su tierra. O más bien, como la consecuencia de que la provincia atrajo a muy pocas personas de otros territorios ya que López cree que el volumen de los que se han ido «es pequeño».
Pese a que los datos hablan de que en los últimos años ha sido más complicado abandonar el hogar familiar, el sociólogo catalán recalca que la emancipación de los jóvenes burgaleses es más elevada que en otras zonas «porque en Burgos, por precario que sea, es más probable encontrar empleo. El nivel de actividad laboral no ha disminuido tanto como en Castilla y León y España», recuerda. Eso sí, al mismo tiempo enfatiza que muchos de los contratos son temporales y concluye de forma coloquial con un mensaje expresivo: «precariedad hasta la médula».
Aunque el número de jóvenes que sale del hogar paterno desciende en términos de tasa, también es igual de determinante en el análisis que la población burgalesa de entre 16 y 29 años haya caído de forma drástica en los últimos siete años. Porque si en 2007 había alrededor de 60.100 jóvenes en esa edad, ahora la cifra se sitúa en unos 50.500.
Otro de los aspectos que recoge el estudio son las dificultades que tienen los jóvenes para poder comprar una vivienda ya que estima el precio medio de un piso de 90 metros cuadrados construidos en el mercado libre y en la provincia de Burgos en los 131.460 euros.
Con estos precios, López asegura que el coste para acceder a una vivienda exigiría «del 47,0% del salario neto». Una cantidad que «todavía está fuera del alcance de la mayoría de personas jóvenes». Ese precio máximo tolerable es , según aclara, «el coste que debería tener una vivienda para que la hipoteca supusiera el 30% del sueldo». Más que nada, porque ese es «el límite máximo de endeudamiento que aceptan las entidades financieras» para conceder un crédito al potencial comprador.