Cada vez quedan menos profesores de los de antes, esos que llegaban al aula con aire grave, impartían su clase magistral, anunciaban la fecha de presentación de tal o cual trabajo y citaban a sus pupilos para el día del examen. La figura de aquellos viejos catedráticos está siendo sustituida por otros docentes que, unas veces por voluntad propia y otras por que los tiempos así lo exigen, están cambiando sus métodos a gran velocidad.
UBUVirtual es la herramienta que la Universidad de Burgos ha desarrollado partiendo de Moodle (una plataforma de software libre a la que ha añadido sus propios módulos) y que actualmente está en proceso avanzado de implantación para lograr la puesta en marcha no solo de nuevos mecanismos de enseñanza, sino también de aprendizaje. También el alumno debe mudar de piel, abandonar su actitud pasiva y pasar a ejercer un papel inquieto en pos de una comunicación con su profesor.
Todo es más interactivo, más rápido, más cómodo, menos en papel y más digital. Pero también exigente como cualquier cambio, y para eso un grupo de cinco profesores universitarios vela por la correcta implantación de la plataforma. Es un equipo multidisciplinar impulsado por el Vicerrectorado de Ordenación Académica y Espacio Europeo, que compone un grupo de innovación docente y está integrado por Natividad Ortega del área de Bioquímica y Biología Molecular), Pedro Sánchez (Tecnología Electrónica), Víctor Abella, Fernando Lezcano (Didáctica y Organización Escolar) y Carlos López (de Lenguajes y Sistemas Informáticos).
No son los policías de UBUVirtual, aunque también ejercen un papel de vigilancia. Más bien se presentan como una ayuda para que toda la comunidad universitaria se sienta lo más cómoda posible en esta herramienta directamente vinculada al Plan Bolonia. El Espacio Europeo de Educación Superior exige el cambio en la metodología de enseñanza, el paso del foco del profesor al alumno, una evaluación continua.
Antes de UBUVirtual ya existía el precedente de UBUCampus-E, que de hecho todavía existe y convive con la nueva plataforma.
En su día supuso una verdadera revolución, pero no podía responder al tipo de interacción que ahora se busca y su desarrollo y mantenimiento implicaba importantes costes. Por eso se optó por el cambio, con el objetivo de lograr una mayor versatilidad y el apoyo de Moodle, una plataforma basada en software libre.
«Libre no es lo mismo que gratuito», advierte López, «porque también tiene unos costes, pero gracias al compromiso para compartir conocimiento logras romper la dependencia de una única empresa».
De esta forma, UBUVirtual nació al comienzo del curso 2009-2010 y ya ha habido tiempo de realizar una primera evaluación. Lezcano apunta a «una valoración general muy positiva sobre el cambio». Según los datos recogidos en un estudio recientemente publicado por la Revista Electrónica de Tecnología Educativa, y que firman los cinco miembros del equipo, un 78% de los profesores y un 76% de los alumnos de la Universidad habían tenido algún tipo de actividad en UBUVirtual, con más de 700.000 accesos entre todos ellos. «Y las cifras este año han mejorado», apunta Abella.
Dado que la implantación va de la mano de la puesta en marcha de los grados que por ahora están únicamente en sus primeros cursos, la plataforma virtual continúa en proceso de crecimiento «y a tiempo de mejorar». Por eso se ha considerado que era un buen momento para estudiar fortalezas y debilidades y detectar a tiempo dónde puede mejorar.
nuevas obligaciones. Los miembros del grupo de trabajo organizan periódicamente cursos de formación gracias al Instituto de Formación e Innovación Educativa, y esta semana han tenido el último. Tratan de convencer a sus compañeros profesores de que deben sumergirse poco a poco en este nuevo universo de la enseñanza. Que un atracón al principio no trae nada más que consecuencias negativas. «Y que una plataforma así nunca podrá sustituir al profesor. Si te complica la tarea en lugar de ayudarte, es mejor que la dejes».
Docentes y alumnos tendrán que seguir esforzándose en los próximos meses y años en continuar adaptándose a un nuevo tiempo universitario. Con los avances que presentan las tecnologías, y que se multiplican en rapidez de aparición y obsolescencia, no les quedará más remedio.