El misterio de la Puerta del Sol

R.P.B. / Burgos
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Tras su rehabilitación por la Filmoteca Nacional, El misterio de la Puerta del Sol, la primera película sonora del cine español, obra del burgalés Feliciano M. Vitores, puede verse en cine a la carta de rtve.es

Fotograma de la pionera película sonora. - Foto: rtve.es

La que es considerada primera película sonora del cine español, El misterio de la Puerta del Sol, obra del empresario burgalés Feliciano Manuel Vitores que fue recuperada hace unos años por la Filmoteca Nacional, está ahora al alcance de un click.Para los amantes del cine, esta cinta pionera, rodada en los años 20, es una de las ofertas de cine a la carta de rtve.es. El misterio de la Puerta del Sol se llevó a cabo merced a una cabezonería de Vitores.El industrial beliforano, que se había quedado como único propietario de una sociedad que había adquirido un artilugio llamado phonofilm, era un visionario.Sabía que aquel aparato era el futuro y no paró hasta conseguir producir la primera película española con sonido.

Vitores logró reunir 18.000 pesetas y contrató como director y guionista a Francisco Elías, que ya había dirigido varias películas mudas de la época. La nómina de actores fue importante: contrató al actor de moda, Juan de Orduña, y a otras estrellas del celuloide patrio como Teresa Penella, Anita Moreno, Jack Castello y Antonio Barber. La película se rodó entre octubre y noviembre de 1929.

Los exteriores se grabaron en la Puerta del Sol y en la Gran Vía mientras que los interiores fueron filmados en un hotel propiedad del industrial beliforano en la Ciudad Lineal así como en los talleres de dos periódicos: el Heraldo de Madrid y El Liberal. El filme narra la rocambolesca historia de Pompello Pimpollo (Juan de Orduña) y Rodolfo Bambolino (Antonio Barbero), dos linotipistas que prueban suerte como actores durante la visita a Madrid del director Edward S. Carawa (Jack Castello) y su estrella, Lía de Golfi (Anita Moreno).

Al ser rechazados, los gachós urden fingir la muerte violenta de uno de ellos con el fin de llamar la atención. El guión del película ha sido considerado históricamente como «bueno», si bien el éxito cosechado por la cinta fue nulo debido a sus muchas deficiencias.

La película se estrenó en el Coliseo Castilla de Burgos un año más, en enero de 1930. Quizás por la condición de burgalés del productor, la crítica fue generosa en la prensa de la época. Así recogía este periódico las impresiones tras el estreno: «La sincronización conseguida es perfecta; la palabra se corresponde exactamente con los movimientos de los labios. La amplitud precisa de los sonidos es algo más difícil de conseguir (...) La lucha que el señor Vitores ha emprendido por la producción española de la película hablada es digna de aliento y estímulo, y el rasgo de ofrecer a Burgos la virginidad de su primera obra es de agradecer y de aplaudir».