Una granizada castiga la cosecha en Villadiego y Santibáñez Zarzaguda

J. Maiques / Burgos
-

Los agricultores afectados estiman las pérdidas entre el 20% y el 60%. En varios municipios de la mitad oeste de la provincia cayeron piedras de hielo del tamaño de una castaña

Los principales daños sobre el cereal los sufrieron ayer en Santibáñez Zarzaguda. - Foto: Alberto Rodrigo

«Como castañas». Ese era el tamaño del granizo que en la tarde de ayer se desplomó sobre las localidades de Villadiego y Santibáñez Zarzaguda y que hizo que en el primero de los municipios dieran por perdido el 20% de la cosecha y que en el segundo lo elevaran incluso hasta el 60%. Unos daños, según  lamentaban los agricultores, que podrán ir a más con el transcurso de los días.

Ya sea acompañada de hielo o solo con agua, la realidad es que la tormenta se dejó notar en toda la mitad oeste de la provincia hasta llegar a la capital. Con mayor o menor intensidad, municipios como Tapia de Villadiego, Villosta, Sasamón, Sotragero, Sotopalacios Briviesca e incluso Burgos, entre otros muchos más, vieron como el cielo se les oscurecía al comenzar la tarde y una tromba de agua se les venía encima.

Ya con el susto pasado, el alcalde de Villadiego, Ángel Carretón, explicó que en algún momento llegaron a pensar que «se nos inundaba la plaza ya que los sumideros no daban de sí». Fueron 20 minutos de granizo continuado y casi una hora contando el tiempo en que cayó agua. Fue precisamente esa compañía, al no caer las piedras de hielo en seco, las que evitaron que el destrozo no fuera mayor. Una escena que «no se repetía desde hace al menos 20 años».

La alcaldesa de Santibáñez Zarzaguda, María Amor, coincidió al señalar que «no recordaba haber visto algo así» en el pueblo. Aún impresionada, relataba que «en el barrio de abajo» había casas en las que «el agua salía por las duchas y por los baños». Y es que, el desnivel existente provocaba, al igual que en Villadiego, que los sumideros no pudieran recoger todo el agua que caía.

En Briviesca la situación fue menos grave aunque en la N-I se formaron varias balsas de agua que, por fortuna, no provocaron accidentes. Tampoco hubo daños en el cereal aunque la cosecha, a raíz de la fuerte lluvia, se retrasará una semana más. En la capital, el agua cayó con mucha intesidad y en algunos locales comerciales incluso se vieron obligados a achicarla. Los bomberos realizaron 14 salidas sin grandes consecuencias.

En Sotragero sí vieron el granizo aunque no alcanzó la dimensión de que se pudo ver en Villadiego o Santibáñez. El alcalde, Serafín Aguilar, detalló que «alguna teja y algún canalón» se habían visto dañados y se congratuló porque, a simple vista, no hubiera grandes daños en los frutos. «En la cebada igual algo más».

Los próximos días, a buen seguro, será el momento para mirar con más detenimiento el campo, para observar su evolución y para que los peritos se desplacen a evaluar daños.