Es el pueblo el que ha tomado el cielo por asalto, escribía en formato tweet Raúl Salinero, que había buscado intimidad en un rinconcito mientras los cánticos resonaban a su alrededor exultantes, belicosos. Minutos antes, el que es uno de los grandes triunfadores de la pasada noche electoral había enardecido a su gente levantando un poco la voz, algo que parecía imposible en un tipo tan tranquilo, modosito y de una cerval timidez, sabedor del histórico resultado de Imagina Burgos, esos seis concejales que dibujan un nuevo panorama en el Consistorio burgalés. Y fue director y rotundo en su mensaje: «Nos dijeron que no podíamos, que en esta ciudad no se podían cambiar las cosas, que Imagina Burgos no iba a llegar a nada y lo hemos logrado. Hemos dicho que no queremos más vieja política y esta ciudad ha demostrado que quiere el cambio, lo ha materializado en las urnas», interpeló entre gritos unánimes y encendidos de ‘Sí se puede’ que obligaron al joven político burgalés a interrumpir varias veces su discurso.
Emocionado, por momentos al borde de la lágrima, casi quebrada la voz, Salinero agradeció el apoyo recibido y alabó el esfuerzo de todas las personas que han contribuido al proyecto en tiempo récord de Imagina Burgos, del que dijo sentirse muy orgulloso. «Hemos hecho un proyecto político histórico en esta ciudad. Y los resultados también han sido históricos. El cambio es posible». Eufórico, tuvo palabras para su principal rival político. «Ellos tenían una campaña millonaria, contaban con los préstamos de los bancos y con medios que nosotros no teníamos. Pero sí teníamos a la gente, que es nuestro mayor tesoro. Y hemos hecho historia porque hemos permitido a la gente hacer política. Porque es quien tiene que hacerla», sentenció para ser más ovacionado que un torero saliendo por la Puerta Grande.
«Los políticos de siempre, los de la vieja política, los politiqueros acudían al miedo, a los préstamos. Y nosotros hemos respondido con la gente y con las ideas. Le dijimos al señor Lacalle que esta ciudad no le quería de alcalde, que ya valía de corrupción, de mala gestión, de politiqueo. Y la gente ha reaccionado quitándole cuatro concejales». El candidato de Imagina Burgos anunció que a partir de hoy seguirá trabajando para consolidar el proyecto de Imagina Burgos.«Vamos a llevar el sentido común al Ayuntamiento. Porque sí se puede», concluyó entre un griterío ensordecedor.
tarde noche de emociones. Cuando se hizo público el primer porcentaje de votos escrutados eran pocos los militantes y simpatizantes de Imagina Burgos que se hallaban en su improvisada sede, la planta baja del edificio de sindicatos de la calle San Pablo. Salinero se confesaba nervioso pero no lo parecía, iba de acá para allá, saludando a unos y a otros, pensativo y silente. Una hora después, con el 78 por ciento escrutado, aquello era una locura: los resultados, que le reportaban a Imagina seis ediles y la cercana posibilidad de un séptimo, fueron como una llamada a rebato. Toque de corneta.
No había cava, pero las cervezas comenzaron a correr como la pólvora y los brindis se convirtieron en la banda sonora de la noche, acompañada de emocionados abrazos, gritos de alegría, besos por doquier, entrechocar de palmas y toda la fanfarria que se desata en una fiesta de las de verdad. Veteranos y juveniles departían desinhibidos, haciendo cábalas, acaso rezando a santos laicos por ese séptimo concejal que no llegó nunca pero que tampoco importó porque al cabo todos coincidieron en que los resultados sólo podían leerse en clave de éxito.El propioSalinero no quiso hacer ayer más lecturas: «Es un momento para disfrutar y celebrar. Mañana (por hoy) iniciaremos nuestro proceso de consulta con las bases para preguntarles qué tipo de ciudad y de proyecto quieren».