En Castrobarto a duras penas resisten en pie dos paños de su antigua torre medieval. Sus 34 vecinos censados viven, sobre todo, de la agricultura y la ganadería, y muchos seguro que son ajenos al destino de las 50.000 toneladas de piedra de su subsuelo que cada año viajan por el mundo y la geografía española. Ya son 19 países de cuatro continentes los que han vestido suelos y fachadas de numerosas edificaciones con la exclusiva piedra ornamental de color gris oscuro que nace de sus entrañas y que comenzó a extraerse de su cantera en 2008.
En el mercado se la conoce y comercializa como Arival Stone y su belleza y calidad han logrado captar el interés de prestigiosos arquitectos de todo el mundo, como el autor del proyecto del Palacio de la Música de Seúl (Corea del Sur), o los que han diseñado dos hoteles y un centro comercial en China y en Seúl, todos ellos aún por construir, pero que entre sus materiales tienen prescrito el mármol Arival Stone. En su viaje por el mundo, este material noble también ha llegado nada menos que al suelo del club KU DE TA, que se encuentra en el magnífico hotel de lujo Marina Bay Sands de Singapur y que es propiedad del magnate Sheldon Adelson, promotor del proyecto Eurovegas en España.
Arival Stone ha ido despacio, pero seguro y sus responsables ya valoran la posibilidad de aumentar su plantilla, ahora compuesta por siete personas, si el mercado internacional sigue respondiendo como hasta ahora. Obras como la realizada en el hotel Marina Bay Sands, donde se cubrieron 300 metros cuadrados de suelo, no significaron en su momento una venta de gran cantidad de material, pero si «una gran proyección en los mercados asiáticos», como explica el director comercial y de marketing de Arival Stone, Javier Tamayo. Ahora el mármol que hace millones de años se gestó en Castrobarto también se puede ver en Dubai, Qatar, Israel, Hong Kong, Corea del Sur, China o Taiwan, en Asia o en Reino Unido, Bélgica, Italia, Francia, Alemania, Países Bajos, Estados Unidos, Canadá, Méjico y Australia. Los responsables de Arival Stone gestaron la empresa Áridos Valdebezana en 2007, en medio de una fuerte crisis del sector inmobiliario español y decidieron salir al mercado internacional antes que al más cercano. En estos años «se ha invertido mucho esfuerzo y capital para dar a conocer la piedra en todo el mundo y lo seguimos haciendo», señala Tamayo, quien agradece el apoyo de ADE, EXCAL o las cámaras de comercio.
Los responsables de esta firma han logrado «trasmitir confianza» en el exterior gracias a «la calidad de su personal», pero también garantizando que pueden ofrecer todo tipo de formatos y calidades a través de las fábricas que transforman la piedra en Burgos, Almería, Alicante y Barcelona.
En su viaje hacia Asia, el mármol de Castrobarto se transporta en barco y el crucero de la piedra en los contenedores dura un mes. Los plazos hay que cumplirlos y los costes hay que tratar de reducirlos, por lo que la firma está desarrollando un proyecto de investigación para fabricar baldosas de cuatro milímetros de espesor con un refuerzo cerámico que impide su rotura. Mañana, sus responsables viajan a Verona, donde el miércoles comienza la feria de piedra más importante del mundo. Arival Stone sigue viajando por el planeta.