El Ayuntamiento de Pradoluengo suscribirá la totalidad de las alegaciones que presente el de Santa Cruz del Valle Urbión al estudio de impacto ambiental para abrir una cantera en terrenos de Garganchón, entidad local menor que pertenece al municipio de Pradoluengo y que también tiene previsto alegar porque considera que algunos puntos de ese proyecto no se ajustan a la realidad, según manifiesta su alcaldesa, Susana Díez.
La alcaldesa de Pradoluengo, Raquel Contreras, tras recordar que Gargachón tiene plena autonomía para firmar contratos sin dar cuenta al Ayuntamiento al que pertenece, señala que el proyecto para abrir una cantera de caliza para balasto «es contraproducente para lograr el sello de calidad de Geoparque que queremos que nos conceda la Unesco» y para el desarrollo de la zona, cuyo futuro debe estar ligado al medio ambiente.
Además, la alcaldesa pradoluenguina, que ha mantenido varias reuniones con el alcalde de Santa Cruz del Valle Urbión, Juan Colomo, en principio, tiene previsto asumir todas y cada una de las alegaciones que presente este municipio, «que es uno de los más afectados por el impacto ambiental y por las molestias que causará la propia explotación minera y el tránsito de camiones por la carretera y el pueblo».
Contreras considera que el futuro de la comarca debe estar ligado a otro tipo de proyectos y reitera que la cantera que quieren abrir en Garganchón «nos afecta a muchos y no nos gusta a nadie», a la vez que apuesta por «mirar al futuro» y no dejarse llevar por rendimiento económicos rápidos que pueden ser perjudiciales para empresas más rentables, como puede llegar a ser la del Geoparque.
Atados al contrato
«Como ciudadana y habitante de la zona no me gusta la cantera porque es una peña destruir el paisaje tan bonito que tenemos, pero no podemos romper el contrato que tenemos con la empresa porque tendríamos que indemnizarla», afirma la alcaldesa de Garganchón, Susana Díez, quien también tiene previsto presentar la próxima semana alegaciones al estudio de impacto ambiental, en principio, relacionadas con las distancias al río y al casco urbano, en concreto a la zona de El Soto, «porque no concuerdan con las reales. El Soto está a 350 metros y en el estudio dicen que la distancia es de 600, y se han olvidado de un río que hay junto a los terrenos donde quieren abrir la explotación minera». En los próximo días, apunta Díez, «decidiremos si nos unimos a las alegaciones que prepara Santa Cruz del Valle y otros pueblos o las presentamos en solitario».
Garganchón, a pesar de ser el propietario de los terrenos en los que se proyecta la apertura de cantera, es el menos afectado por ella, ya que el pueblo está metido en un valle y el aprovechamiento minero se contempla en uno de los extremos, en frente de Santa Cruz del Valle Urbión, el más afectado.
El contrato con la empresa que proyecta la cantera se firmó con la anterior Corporación municipal, de la que formaba parte como concejal la alcaldesa actual, y tiene una duración de cinco años a razón de unos 30.000 euros anuales más un porcentaje por las toneladas de material que extraigan de las seis hectáreas cedidas. Para Garganchón, ahora mismo la única forma de ‘romper’ el contrato sin perjuicio económico para el pueblo es que la Junta de Castilla y León no autorice el proyecto.
«La cantera supondría un beneficio económico para Garganchón, pero a costa de causar un perjuicio a los vecinos de Santa Cruz del Valle Urbión que verán la explotación desde sus casas», señala Díez, quien afirma con rotundidad que «entiendo perfectamente que Santa Cruz del Valle se esté quejando porque yo también me quejaría si estuviera en su situación». La alcaldesa, además del impacto ambiental, también valora la riqueza arqueológica que se puede perder con la cantera.
Los ayuntamientos afectados por elproyecto de cantera tienen de plazo hasta el día 14 para presentar las alegaciones al proyecto de la explotación minera.