La crisis no deja títere con cabeza y el oscuro mundo de la prostitución no iba a ser excepcional. El programa de Cáritas en el que se trabaja con mujeres atrapadas en él ha advertido los cambios -a peor- que estos años de recesión están suponiendo: aumento de los pisos de relax y con ellos la clandestinidad; crecimiento del número de españolas que se dedican a ello, aumento de la edad de las mujeres, mayores dificultades para incorporarse al mundo laboral, alargamiento en el tiempo de los plazos para dejarlo, incremento de las adicciones (ludopatía y drogas) y bajada de precios que supone unas condiciones cada vez más precarias.
Ante este panorama, la ONG católica ha puesto en marcha una acción de sensibilización y llenará iglesias, centros sociales y gasolineras con carteles que llevan estos reveladores lemas. ‘En el infierno de la prostitución no compras sexo, compras vidas’ y ‘Ninguna mujer nace para puta’. Por otro lado, ha advertido a los consumidores de prostitución que «su acto de compra agrava la situación de sometimiento de las mujeres».
El equipo que trabaja en el programa quiere explicar que las mujeres no están ‘condenadas’ a sobrevivir en esta actividad: «Llegan derivadas de situaciones de exclusión y sometidas a engaño, extorsión y violencia. Comprar sexo es comprar vidas y supone involucrarse como agente activo en una vida que se encuentra en un sometimiento objetivo».
El programa de Cáritas busca garantizar la protección y la defensa de los derechos de estas mujeres, les acompaña de forma personal e integral y favorece otras alternativas para sus vidas. En 2011 contactaron con 220 personas dedicadas a la prostitución y han trabajado más intensamente con 117 de ellas. El 72% de las mujeres tienen menos de 35 años y la nacionalidad mayoritaria es la brasileña seguida de la rumana. Destaca, por otro lado, el aumento de transexuales «aunque quienes los demandan siguen siendo hombres».
En Burgos hay 21 clubes donde se calcula que hay 250 mujeres y unos 22 pisos con 80 plazas aproximadamente. Este último dato, matiza Cáritas, es más difícil de cuantificar por su clandestinidad. Desde el programa se está accediendo a 12 clubes, más del 50% de los que existen en la provincia.
VOLUNTARIa, NO LIBRE. Frente al argumento que, en ocasiones, se utiliza de que la prostitución es voluntaria, Cáritas reconoce que a veces sí lo es pero nunca libre: «Es una decisión que aunque no sea fruto de una coacción directa suele estar condicionada por muchos factores como engaños, abusos, humillaciones, mantener a la familia, adicciones o amenazas».
Por otro lado, la ONG pretende crear debate social sobre un fenómeno del que todo el mundo habla «y muy pocas personas conocen ya que la prostitución existe no porque hay mujeres que ofrecen servicios sino porque existen clientes que demandan y, por supuesto, una sociedad que consiente que el fenómeno se siga extendiendo».