La niebla de mayo, las montañas de Turquía y un más que cuestionable avión de luctuoso recuerdo se tragaron la vida de 75 personas. De ellos, 62 eran militares españoles y un tercio tenía base en Burgos. Es la mayor tragedia militar de la historia reciente de España en tiempos de paz. Es la catástrofe del Yak-42.

El hecho de que regresaran de una misión de paz (en Afganistán), el hecho de que el avión lo fletara su propio Estado a través del Ministerio de Defensa, el hecho de que se certificara que el aparato estaba en un estado tan lamentable que ni siquiera funcionaba la caja negra que pudo ayudar a esclarecer lo sucedido, el hecho de que muchos eran jóvenes con hijos pequeños, el hecho de que se inhumaran los cuerpos sin ser identificados... Los hechos, en definitiva, quedaron muy marcados en toda España, pero también en la ciudad de residencia de 20 víctimas.

Dentro de muy poco se cumplirán diez años de aquella tragedia y esa ciudad, Burgos, quiere decir a los familiares de las víctimas que el recuerdo de los caídos sigue vivo una década después.

A ello se comprometió el alcalde, Javier Lacalle, el pasado mes de noviembre con los familiares, y así se hará. Las conversaciones Ayuntamiento-Ejército ya se han cerrado al respecto y se instalará un grupo escultórico conmemorativo en el entorno de la barriada Militar a finales de mayo. La obra la está comenzando a ensamblar Cristino, que se ha ofrecido a hacer el trabajo de forma altruista. Por el momento, el concejal del PP no tiene definido el boceto final, pero en ello anda.

A lo largo de la jornada de homenaje se prevé también la firma de dos importantes acuerdos que se ultiman entre la ciudad y Defensa. Uno es la cesión definitiva a la ciudad del Castillo (expiró su cesión durante un siglo el pasado mes) y el otro el convenio de colaboración que permitirá trasladar a Capitanía el Museo del Ejército que languidece en las entrañas del Acuartelamiento Diego Porcelos.

La pretensión municipal es que acuda al acto el ministro de Defensa, Pedro Morenés, pero no se ha cerrado todavía su presencia por razones de agenda.