Juan Torca es un náufrago. Un hombre de pasado oscuro cuya memoria está poblada fantasmas. Un tipo serio y duro, acechado por las sombras y hecho de pérdidas, que un día aterriza en Madrid sin saber qué hacer con su vida en adelante. Instalado en un hotel cercano a la Gran Vía, se dedica a correr por el Retiro y a diseccionar la nada. Hasta que un viejo amigo le hace un encargo: investigar al topo que le está filtrando a un periodista todos los secretos del vestuario del Real Madrid. A partir de ese momento, Juan Torca se zambulle en una frenética espiral de conspiraciones y violencia.
Retrato sobre la ambición, el poder, la mentira y el miedo, Las Cuatro Torres es el debut literario de Leandro Pérez Miguel, escritor burgalés que ha llegado a las librerías con la seria intención de hacerse un hueco. Planeta, nada menos, ha apostado por una novela que viene muy bien apadrinada: es Arturo Pérez-Reverte quien la aconseja.Y el académico no suele prodigarse en elogios. Las Cuatro Torres estará en las librerías el martes 2 de septiembre.
Primera novela, y en Planeta. Eso ya es un éxito...
La verdad es que para mí, sí. Ya me doy por satisfecho sólo por el hecho de publicar una novela y que una editorial como Planeta haya apostado por ella. Cuando la gente me pregunta si creo que se va a vender mucho o poco les respondo que con que se haya publicado me doy por satisfecho.
Es una editorial grande, importante y muy comercial.
Y se nota, trabajando con ellos, en que se vuelcan contigo y con el libro. Hay un trabajo previo constante y mucho mimo.
Y menudo padrino...
La verdad es que no se me ocurre ningún otro mejor. Es un lujazo que Pérez-Reverte haya tenido, primero, el gesto de leer el manuscrito; que, encima, le haya gustado para, después, darme una frase que seguro que es un gran gancho comercial para que el lector... Es un lujazo.
Dice de ella que es una novela «negra, futbolera y sentimental». ¿Era la novela que quería escribir?
Estoy muy satisfecho con la novela. He ido improvisado, no he escrito con un plan fijo. Ha ido creciendo a medida que la escribía. Y me he divertido mucho haciéndolo. Y al releerla me gusta mucho. Es como cuando uno ve a sus hijos, que le parecen los más guapos. Pues a mí esta novela me encanta. Igual, dentro de un año o diez, abomino de ella.
¿Desde cuándo la tenía en la cabeza?
No tengo claro el momento en el que vi la novela. Sí que sé que fue yendo de Burgos a Madrid en autobús cuando se me aparecieron las cuatro torres y empecé a darle vueltas a lo que podría pasar en ellas. Fue hace dos años. Escribí una primera página. Y fui tirando del hilo.
¿Qué nació antes, el personaje de Juan Torca o la trama?
Juan Torca lleva conmigo desde siempre. La clave de esta novela es que yo tenía en la cabeza escribir la historia previa, algo que sucede antes de la acción de Las Cuatro Torres y que se desarrolla en el Mar de Aral. Era una novela muy compleja que he tenido en la cabeza siete u ocho años. Pero no podía con ella, como con otros libros que luego he sido incapaz de parir. Escribir Las Cuatro Torres fue como desatascar la trama de la novela anterior. Imaginé que había escrito esa otra novela y fue como una liberación. En ese sentido, parir esta novela fue sencillo porque di por hecho que la otra ya existía y con ella todo lo que le había pasado a Torca antes de su llegada a Madrid.
Hay saltos en el tiempo, en el espacio. Hay cierta complejidad en la urdimbre de la obra, pero la acción principal se sitúa en el otoño de 2011, con Mourinho en el banquillo del Madrid.
Sí. La novela comienza casi a la vez que la liga de ese año. La trama lineal la tuve definida muy claramente. Los saltos en el tiempo surgieron a medida que fui avanzando en la trama.
El protagonista es una suerte de ex agente que ha estado trabajando en acciones internacionales de guerra sucia, con un pasado turbio tanto en lo profesional como en lo personal.
Yo tenía claro que quería escribir una novela con un ‘detective’, un personaje ‘que resolviera casos’ en novelas de serie, si no negra, grisácea. Al pensar en él, siempre quise alejarme de ciertas convenciones pero que también cumpliera los objetivos que yo quería: que investigara, que resolviera casos.Descarté que fuera policía, juez o un detective al uso. Poco a poco el personaje fue creciendo, creciendo en el pasado. Es burgalés, ha sido soldado, mercenario... Tiene un pasado turbio.Si la saga crece irá poco a poco desvelándose ese pasado. Yo quería que el personaje pudiera seguir creciendo.
Lo que parece claro es que Juan Torca es un perdedor, un escéptico.
Es un personaje que ha tocado fondo. Cuando empieza la novela, es un náufrago.Se refugia en un hotelucho de Gran Vía. Lo que le pasa a partir de entonces le hace salir a flote.
Un hombre que se adentra en un mundo que no conoce, pero en el que confirma que también lo más oscuro de la condición humana está en todos los sitios. Que no sólo existe en la guerra, sino en unas torres lujosas o en el palco Vip del Bernabéu.
Aunque le gusta el fútbol, jamás ha tenido relación con ese mundo. Es madridista (y del Éibar, y del Burgos) y recibe un encargo relacionado con el Real Madrid que le toca cerca porque era admirador de Juanito. Y comienza a husmear. Y efectivamente comprueba que también esos lugares el ser humano es así.
Abunda en una realidad: que el fútbol ya no es un deporte, sino un negocio. Y usted recorre sus cloacas. Casi lo denuncia.
El fútbol es el deporte rey, el deporte más seguido en el mundo, el que recibe más atención mediática. Pero también es verdad que es un negocio colosal, no sólo por los sueldazos de las estrellas, sino en lo que tiene que ver con la especulación urbanística, los juegos de poder e influencia que hay en los palcos Vip... La novela entra en esas cloacas y en esas alturas. Y no invento nada. Método 3, esa agencia de detectives que investigó a personajes como Luis Bárcenas, Ignacio González y a otros políticos también espió al Barcelona.
También está retratado el juego de poderes entre ese club y la prensa. Y tampoco inventas nada: hay periodistas que beben del vestuario blanco y que están en la diana del Madrid. El personaje de Ramón Ribeyro parece inspirado en Diego Torres, de El País.
El que Florentino Pérez acusara públicamente a Torres de tener mucha imaginación fue una inspiración para fabular con la posibilidad de que se espiara a un periodista con buenas fuentes en el vestuario del Real Madrid.
¿Después de esta novela le dejarán entrar en el Santiago Bernabéu?
¡Espero que sí! Tengo algún amigo allí y soy madridista.Espero que la acojan bien. No es una novela antimadridista, otra cosa es que describa una situación y retrate lo que pasa en unos meses que son complicados, cuando se producen aquellos clásicos tan calientes y polémicos, cuando Mourinho le mete el dedo en el ojo a Tito Vilanova.
Hay otro gran símbolo: esas cuatro torres representan la ambición, el poder y la corrupción...
Yo no enjuicio. Todos sabemos de dónde vienen las cuatro torres. El Madrid negocia y consigue fichar a Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham, como se llega a nombrar a esas torres en aquellos años. Sin entrar en especulaciones se describe lo que pasó. La novela parte de hecho reales y luego se adentra en el terreno de la ficción.
La novela es también es una oda a la amistad...
Sí. La historia parte de un grupo de soldados, que se llaman a sí mismos compadres, que siendo jóvenes se convierten en un clan y se juramentan para estar siempre unidos y ayudarse.
Y contiene varios guiños a Burgos.
Claro, porque Torca es burgalés y en esta novela pasa unos días en la ciudad y recuerda tiempos y lugares pasados: Gamonal, La Puebla... No quería que fuera un personaje extraño sin nada detrás. Tiene raíces, es de Burgos, vivió en Bilbao...
¿Es usted un voraz lector de novela negra?
Voraz lector de casi todo. Me gusta la novela negra, pero también Borges, Delibes, el peruano Ribeyro... La novela negra es muy útil para el escritor, para avanzar en la trama, para describir un mundo.En la novela negra cabe todo. Te sirve para muchas cosas.
También hay amor en su novela...
Claro, por eso dice Reverte que es sentimental. Torca tiene varias historias sentimentales desde el pasado y hacia el futuro.
Eso quiere decir que tenemos Torca para rato...
Yo creo que sí. Ahora mismo estoy dándole vueltas a una segunda novela.En el epílogo ya se insinúa.
¿Cómo se siente ante el debut literario? ¿Cómo espera la acogida? ¿Qué sentimientos le invaden estos días?
Estoy expectante y tengo ciertas expectativas. Yo he sido periodista cultural durante siete años. Sé que los libros nacen y mueren habitualmente muy rápidamente. Sé también que reciben críticas de todo tipo. Que las habrá buenas, malas... Intento verlo desde fuera y de una manera deportiva. Estoy preparado para todo. Aprenderé de los errores porque lo que yo quiero es seguir escribiendo novelas. Escribiré lo que me apetezca pero también quiero que le guste a la gente. Mi prioridad es escribir.
¿Se ha imaginado un éxito editorial, un superventas?
No quiero construir castillos de naipes. Sé cómo funciona el mundo editorial. También sé que a veces te puede tocar la lotería con un buen libro o con un mal libro. Ya publicar en Planeta cumple todas mis expectativas. ¿Que tengo éxito? Bienvenido sea. Yo lo que quiero es tener tiempo para seguir escribiendo novelas.