Los ajustes económicos dejan en el aire las exposiciones de Silos

I.L.H. / Burgos
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Después de 12 años y 33 muestras, este invierno el arte contemporáneo no estará presente en el monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos. Para el año que viene tampoco hay nombres ni fechas

La instalación ‘Universo personal’, que Mateo Maté firmó «suspendida» entre marzo y mayo de este año, ha sido la última exposición. - Foto: DB/Alberto Rodrigo

Mateo Maté dejó suspendidos en el monasterio los objetos cotidianos de la vida monacal. Sin pretenderlo, la muestra se ha convertido en una premonición, o quizá sea mejor decir en una metáfora de lo que está ocurriendo en Silos. Universo personal, la exposición de arte contemporáneo que hasta el pasado mes de mayo acogió el monasterio benedictino puede ser la última o al menos deja el aire, como literalmente estaba la instalación de Maté, la continuidad del ciclo.

Los tiempos son los que son y la Cultura no deja de presentarnos  proyectos en situación crítica o directamente como cadáveres. Ahora le ha tocada al ciclo de exposiciones de arte contemporáneo que desde hace doce años organizaba la Cámara de Comercio de Burgos en colaboración con el Museo Nacional de Arte Reina Sofía y el monasterio benedictino. Las 33 muestras que se han organizado hasta la fecha se realizaban con el apoyo económico de diferentes entidades y empresas. La retirada de esos patronos, que en estos momentos afirman no tener fondos disponibles, impide que este invierno regrese la temporada.

«Este año no habrá más exposiciones -afirman desde la Cámara- y para el que viene, ya veremos. De momento no hay fechas ni nombres a la vista». Desde la institución tampoco se atreven a asegurar que sea el cierre definitivo del ciclo. Se agarran a la situación económica, que entienden algún día variará, y a la nueva ley de Cámaras de Comercio que delimitará o especificará cuáles serán a partir de ahora sus funciones.

Se acabaron -por ahora- las instalaciones sonoras, la inspiración en el gregoriano, las muestras aéreas, el arte del cómic, los proyectos abiertos o el paseo entre piezas creadas expresamente para ese lugar. Barcos, cestos de mimbre, poemas, fotografías, cuadros... Y es que una muestra cualquiera como las que se venían realizando en el monasterio benedictino podía costar alrededor de 60.000 euros, más si hablamos de obras difíciles de transportar o asegurar como las de Chillida, por ejemplo. Así que, si nos atenemos a las circunstancias, las exposiciones de arte contemporáneo en Silos están suspendidas, o si lo prefieren, en el aire.

La de Mateo Maté, que se inauguró en marzo y se mantuvo abierta hasta mayo de este año, pasa a ser la última de esta etapa. Antes que el artista madrileño se inspiraron en la abadía otros 32 creadores. El primero fue Tàpies, en febrero del año 2000, y después le siguieron otros como Barceló, Chillida, Chirino, Carmen Laffón, Manolo Millares, Joan Miró, Lucio Muñoz, Ràfols-Casamada, Navarro Baldeweg, Gustavo Torner, Cristino de Vera, Esteban Vicente, Manuel Rivera, Susana Solano o Sergio Belinchón, entre otros. En la última época se habían incorporado a la lista artistas internacionales como Miroslaw Balka, Susan Philipsz o Lili Dujourie.