Yzquierdo Perrín exhibe las torturas del Santo Oficio

DB / Burgos
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«La Inquisición desapareció, pero no la tortura.Echar a una persona de su casa es una forma de tortura», afirma

El investigador, en imagen de archivo. - Foto: Alberto Rodrigo

Rafael Yzquierdo Perrín ha dedicado los tres últimos años a investigar una de las instituciones más siniestras de la historia de España. Fruto de su trabajo, su última obra, que ya está en las librerías: La Inquisición y sus torturas. Un libro que se centra especialmente en las terribles torturas que el también llamado Santo Oficio ejerció durante siglos.

Más de ochenta métodos de suplicio contabiliza Yzquierdo Perrín en el libro, convenientemente ilustrado por el aparataje que ejercía la salvaje violencia sobre sus víctimas.

La mera enumeración de estos métodos terribles pone los pelos de punta: agua, aguijón, agujero, aislamiento, animales y plantas, apaleamiento, aplastamiento, argolla, aro, cadalso... Un índice alfabético interminable que, admite el propio autor, le ha hecho padecer a la hora de escribirlo.

«Es algo escalofriante. Lo he pasado mal y he llegado a pensar en por qué me metí yo a escribir esto. La Inquisición fue terrible», subraya para, a renglón seguido, denunciar que en la actualidad también se llevan a cabo torturas. «La Inquisición terminó, pero no la tortura. Echar a una persona de su casa, rebajarle el sueldo es también una forma de tortura. Hay una Izquisición oculta en los poderes actuales. Y tenemos un políticos en general que no saben ni para qué vale una escoba.Así vamos», asegura con firmeza.

Para Yzquierdo Perrín, que ha husmeado en bibliotecas y archivos, ya está trabajando en su próxima obra, un ensayo sobre el humor, que espera poder publicar en breve.