Dentro de los actos organizados por la asociación Madres de la Leche con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, la neonatóloga Noelia Ureta (Burgos, 1981) dio ayer una charla sobre los bancos de leche humana, una iniciativa que solo existe en siete hospitales españoles.
Como muchos otros proyectos que apuntalan la sanidad pública, los bancos de leche humana se han puesto en marcha gracias a iniciativas individuales de profesionales que han visto que se trata de una magnífica idea. En España solo hay, de momento, en siete hospitales.
¿Qué es un banco de leche humana?
Un lugar donde se organiza la recogida de la leche donada para su almacenamiento, procesamiento y distribución a los receptores...
Que se trata, entiendo, de bebés cuyas madres no pueden alimentarles de forma natural...
Lo utilizamos para los requerimientos de nuestros recién nacidos ingresados que están enfermos y que son prematuros. Optimizamos la leche humana donada para aquellos que más riesgo tienen de patología digestiva, que son los niños prematuros, los cardiópatas o los que han sido operados del sistema digestivo. También ofrecemos la posibilidad de repartir la leche en el servicio de Pediatría o en la UCIpediátrica.
¿La leche que se da al bebé es la de su madre?
Siempre priorizamos la lactancia materna, la leche de la propia madre; tenemos una guía clínica de recogida, almacenamiento y distribución de la leche de la propia madre. Y cuando no hay leche de la propia madre, como segunda opción -y esto es algo que lo contemplan la OMSy Unicef- el mejor alimento es la leche humana de otra mujer.
¿Es algo parecido a lo que hacían hace muchos años las llamadas ‘amas de cría’?
Sí, pero ahora seleccionamos a las donantes para garantizar la calidad y seguridad de la leche, que luego pasteurizamos para evitar infecciones y almacenamos en condiciones óptimas de congelación.
¿Qué mujeres pueden ser donantes?
El perfil es el de una mujer sana, que esté amamantando a su propio hijo y que tenga secreción láctea suficiente para donar. Es indispensable que esté bien establecida la lactancia de su criatura. Si tiene excedente, entonces puede donar. Ha de tener un estilo de vida saludable y donar de manera altruista.
¿En qué momento se les plantea esta opción?
La información les llega muchas veces a través de las matronas, en la preparación para el parto, y a través de los medios de comunicación, de internet y de las sociedades científicas.
¿Es muy complicado crear un banco de leche?
Se necesita mucho tiempo, mucho trabajo y también recursos económicos pero no es tan caro como otros aparatos que tenemos en los departamentos de Neonatología en los hospitales.
Es decir, que puede ser rentable...
De hecho, lo es.
¿Qué ventajas supone para un bebé con un problema de salud poder alimentarse con leche humana?
Está científicamente probado que se tolera mejor que las fórmulas artificiales. Esto significa que podemos alcanzar antes la alimentación por vía digestiva y retirar antes la nutrición parenteral y con ello, las vías intravenosas que aumentan el riesgo de infección; disminuye el riesgo de contraer enterocolitis necrosante, que es una enfermedad digestiva en la que hay una inflamación del intestino y uno de los factores que influye en su aparición es la alimentación de los prematuros con fórmulas artificiales. Esta patología nos preocupa mucho porque aumenta la morbimortalidad de los recién nacidos. Se ha visto que los que han sido alimentados con leche humana donada respecto a fórmulas artificiales tienen, a largo plazo, menos riesgo cardiovascular, de síndrome metabólico, de hipertensión y de obesidad.
Las mismas que si hubiera sido amamantado por su madre...
Sí, y parece también que mejora a largo plazo la inmunomodulación, de modo que con la leche humana donada se reconoce como patógeno lo que es patógeno y como inocuo lo que es inocuo con menos riesgo de desarrollo de alergias. Y a largo plazo también se ve un mejor neurodesarrollo.
¿Es igual la leche de todas las mujeres?
No. Hay diferencias. De hecho, lo cuantificamos, analizamos la leche cruda antes de pasteurizarla, vemos las proteínas que tiene, la energía, el contenido de grasas... Y gracias a esto podemos clasificar su calidad y distribuirlas a la carta, de modo que los recién nacidos más prematuros, que tienen más riesgo nutricional, reciben la leche con más contenido proteico.
Desde 2007 funciona este banco en su hospital. ¿Con qué resultados?
Excelentes. Ya no entendemos la Neonatología sin un banco de leche humana donada.