Ramón María Calderé denunció ayer al defensa central del CD El Palo Jesule por la dureza que empleó en el partido del sábado y, especialmente, por la entrada que cometió sobre Pablo Álvarez en el minuto 90. El técnico cree que este jugador debió ser expulsado, que no se aplicó el reglamento, y espera que el domingo en El Plantío no se permitan este tipo de acciones.

«El número 4, Jesule, no debió terminar el partido. Es muy violento y pido justicia, que se imponga el reglamento y con el reglamento en la mano no debió terminar el partido. Es inconcebible que no le expulsase en la jugada con Pablo Álvarez», declaró.

«Los que estuvimos allí lo vimos. Hubo otras cosas impropias de este juego de las que no voy a hablar. Todas las artimañas que utilizaron no las voy a comentar, pero eso sí, porque es violencia. Allí lo califiqué como agresividad porque si digo violencia a lo mejor no nos dejan ni... Sabemos lo que pasó y no vamos a entrar en esas provocaciones pero este caso hay que denunciarlo porque espero y confío que el reglamento se imponga ante un jugador muy violento. Espero que aquí no lo haga porque debería ser expulsado».

El técnico asegura que ha dicho a sus futbolistas que se mantengan al margen: «Allí estuvieron muy concentrados. No quiero que digan nada, ni comenten nada. Solo quiero que se dediquen a jugar al fútbol. En cuanto a lo demás alguien tendrá que defender a estos chicos que allí las vieron de todos los colores. Lo digo porque jugamos en nuestro campo y eso hay que denunciarlo, no otras cosas. Lo de ese chico (Jesule) es increíble y espero que aquí se imponga el reglamento. A partir de ahí vamos a jugar a fútbol. Los jugadores consiguieron no irse del partido. El reglamento no se aplicó y espero que aquí sea diferente. Este jugador no puede estar jugando al fútbol. Le dio un codazo en la cabeza y le pudo hacer mucho daño», concluyó.