Las nuevas tecnologías son para todos

A. Castellanos / Villarcayo
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Los quince usuarios del Centro de Día para personas con alzhéimer de Afamer acaban de estrenarse y con nota en el uso de tablets para realizar actividades de estimulación cognitiva

 
Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y además, entre todos. Niños y jóvenes fueron la avanzadilla de este gran cambio social, pero adultos y mayores han seguido esta senda imparable. En la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Las Merindades (Afamer) reconocen que eran «reacios» al uso de una herramienta totalmente desconocida para quienes peinan canas, como es una tableta digital o tablet, pero en pocas semanas han comprobado el acierto que ha sido comenzar a desarrollar el programa ‘Vamos a dar un salto, del papel a las nuevas tecnologías’.
Los quince usuarios del Centro de Día de Afamer, ahora con todas sus plazas ocupadas, disfrutan de esta nueva iniciativa gracias al apoyo que le ha dado la Fundación Caja de Burgos y la Obra Social de la Caixa, con una aportación de 21.470 euros. Este dinero servirá para la compra de soportes táctiles, pero también para el pago de las nóminas de los profesionales que atienden a los enfermos durante sus sesiones de estimulación cognitiva con las tablets.
Como explica la psicóloga del centro, Isabel López, «las tablets dan mucho juego en el reconocimiento de imágenes, sonidos, elementos de su entorno como Las Merindades que pueden reconocer en fotografías, de espacios, de sus reminiscencias con fotos antiguas de oficios, de animales, colores...». «Además las imágenes tienen mucha más calidad que el papel», añade esta profesional que admite que ha sido un acierto dar este paso.
Los mayores han identificado las tablets con la televisión y no han tenido ningún problema en utilizar sus dedos para responder a las órdenes de las pruebas que les plantea la pantalla. Además, el sonido que emite este pequeño ordenador en caso de acierto o fallo lo han comenzado a identificar rápidamente y eso les motiva y hace el aprendizaje más rápido que con el papel. En el Centro de Día Afamer no renuncian al lápiz y el papel, porque quienes conservan la escritura, es importante que la mantengan, y porque también hay juegos que pueden seguir realizando, pero las tablets están adquiriendo peso en su hora diaria de estimulación cognitiva.
De momento, el trabajo se distribuye en tres grupos de personas que se dividen por el estadio de la enfermedad. Ese hecho condiciona las actividades que realizan, pero en todos los casos la propuesta ha sido bienvenida y «satisfactoria para los usuarios y para el personal que les atiende», señala López.
 
De casa al centro. El Centro de Día de Afamer atiende a sus usuarios entre las 10.30 y las 18.30, en unos casos, y entre las 11.30 y las 19.30, en otros, en función de la ruta de transporte. Los enfermos son recogidos en sus casas y llevados a Villarcayo para regresar a última hora de la tarde. Desde Afamer se muestran contentos de tener el centro al cien por cien en plena crisis y lo achacan a la importante campaña realizada a principios del pasado año, en la que informaron a los profesionales de los centros de salud y centros de acción social de sus servicios, todos ellos amparados por la Ley de Dependencia.
Afamer, no solo gestiona el Centro de Día, sino que también oferta cuidado a domicilio para los enfermos, un servicio que actualmente disfrutan cinco familias; estimulación cognitiva para personas en estadios iniciales y que aún no necesitan el Centro de Día, donde hay otros cinco usuarios, y atención especializada. El pasado año, su presupuesto fue de 221.775 euros y éste crecerá a los 232.576. Afamer suma 350 socios y mantiene a ocho profesionales en plantilla.